El reino del chocolate (o cómo conseguir el castaño perfecto)

Que la mayoría de las españolas nacemos con el pelo castaño (más claro o más oscuro) es un dato más que objetivo, al igual que el que dice que la mayoría de las españolas acude a su peluquero a hacer algo con ese tono de cabello que no termina de convencerlas. 9 de cada 10 españolas se tiñe el pelo, pero aunque el rubio sea el color preferido para cambiar de look, los castaños se convierten en los reyes de todas aquellas que buscan un cambio pero no radical. También, como nos cuenta Luciano Cañete, director de Corta Cabeza, se ha convertido en la baza de aquellas que quieren reconciliarse con su tono natural. “Es lógico que después de haber llevado color durante algún tiempo, decidamos volver a nuestro cabello natural, dejándolo así descansar para volver a nuestros orígenes. Volver al castaño sería algo como resetear el cabello”.

Aún así, para muchas mujeres los castaños siguen siendo sinónimo de monotonía. Pero la verdadera causa de este aburrimiento es el poco partido que le sacamos a estos tonos. Lo mejor para seguir luciendo un castaño natural es “sacarle algún punto de luz interno, para conseguir reflejos solo en el movimiento de la melena”, nos cuenta Diana Daureo, directora del salón Diana Daureo. “También podemos jugar con puntos que den luz donde le favorezca más a cada rostro; siempre haciéndolo de manera que siga viéndose un efecto de castaño completo.”

Y es que la belleza de los tonos chocolate es mucha y muy variada. Tal y como explica Diana Daureo, los tonos con los que se puede jugar dentro de los castaños son muy variados. “Los matices hacia los que queramos que vaya el castaño pueden ser más naturales, fríos o cálidos, beige, rosados, arena o más cobrizos”. Pero el trabajo del estilista consiste en trabajar con todos esos matices para que el tono elegido sea el más favorecedor. Y aquí influyen diversos factores. “Sin lugar a dudas, los dos puntos a tener en cuenta son nuestro tono de piel y nuestro color natural de base de cabello. Debemos elegir un tono que realce nuestra piel y no la apague y que no aporte al cabello reflejos no deseados”, cuenta Luciano Cañete. “En general, en España buscamos reflejos fríos para huir de colores oxidados poco favorecedores. Por otro lado, muchos clientes, cuando su piel el muy blanca, prefieren acabados castaños con matices cobres, dorados e incluso rojizos.”

Incluso con tantos y tan diferentes matices, los tonos castaños no requieren un cuidado específico. “Las melenas teñidas de castaño requieren prácticamente los mismos cuidados que las demás: buenos productos de lavado, hidratación regular profunda, etc.” nos cuenta Luciano Cañete. “Si acaso, para estas melenas vamos a tener que matizar las puntas en casos de pérdidas de color, pero cuidado porque si las saturamos, los medios y puntas se verán mates, opacos y sin un color definido. Lo mejor para ello es acudir a un salón de peluquería donde nos asesoren sobre cómo embellecer al máximo el cabello.” “Mantener la hidratación, nutrición y elasticidad del pelo hará que este brille por si solo”, afirma Diana Daureo

Brillo. Ahí es donde reside la clave de un cabello bonito, según nuestros dos expertos. “El factor más importante a tener en cuenta a la hora de lucir un cabello castaño es la luz que refleje. De ahí que el brillo sea un valor en alza a la hora de presumir de pelo”, afirma Luciano Cañete. “Para el brillo la clave es el cuidado, y es tan sencillo como utilizar un buen champú, una mascarilla y algún tipo de aceito o sérum como toque final”.Existen también otras técnicas como “los baños de luz, que reavivan el efecto espejo para que frente a los rayos del sol brille al máximo”, afirma Diana Daureo. “Eso y un maravilloso tratamiento hidratante cargado de aminoácidos”.