Con la cantidad de opciones que existen a nuestro alcance en el mercado de la belleza, ¿te apuntarías a una lista de espera para conseguir una en concreto, sabiendo que ya hay unas 25000 personas “haciendo cola”? Suena a locura consumista, pero está pasando y los culpables son la firma cosmética The Ordinary y lo que nos toca averiguar es ¿qué tiene de especial esta base de maquillaje?

Nacidos en 2016, a la venta en nuestro país desde este mismo año, los productos de The Ordinary se definen como “fórmulas clínicas con integridad”, ofreciendo tecnologías conocidas por el consumidor y clínicamente efectivas. Su oferta de productos se basa en los principios de honestidad e integridad del producto a la hora de utilizarlo y comprobar sus resultados. DECIEM, la compañía cosmética canadiense detrás de esta nueva marca, está especializada en el sector cosmético, con otras marcas ya conocidas, en lo que ellos denominan “belleza funcional avanzada”. “ Dentro de la belleza funcional, la integridad es un activo muy poco frecuente. Las tecnologías ordinarias se presentan como innovadoras y las estrategias de precios insensibles confunden a la audiencia, disfrazando las tecnologías básicas como avanzadas. The Ordinary existe para comunicar con integridad y aportar al mercado tecnologías efectivas y más familiares a precios honrados”, explican.

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Quizás esta estrategia de honestidad sea uno de los factores que han convertido a The Ordinary en una de las firmas cosméticas del momento. Ingredientes efectivos como la vitamina C o el retinol, unidos a una estrategia de precios muy competitivos (el productos más caro que hemos encontrado en su web es un derivado soluble de vitamina C en aceite combinado con vitamina F y no supera los 18 euros) es normal que haya llamado la atención tanto de consumidores como de revistas de belleza internacionales. Y si a todo esto le añadimos que no testan en animales, que en sus fórmulas no incluyen ni sulfatos, ni aceites minerales, ni parabenos, ni aceites animales, ni tintes de alquitrán, ni mercurio entre otros ingredientes nocivos, no es de extrañar que se estén convirtiendo en una de las marcas más buscadas por todos aquellos consumidores que apuestan por fórmulas más respetuosas con la piel y el medio ambiente.

Pero la locura ha llegado de la mano de su Serum Foundation y su Coverage Foundation, sus dos únicos productos de maquillaje (hasta el momento) que se han convertido en un objeto de deseo para las beauty adictas. Sin alcohol y aceites, veganas y cruelty-free, estas bases de maquillaje están disponibles en 21 tonos distintos con un subtono rojo, rosado, amarillo o neutro o con un toque de plata o de oro, cubriendo así un amplísimo margen de tonalidades de piel diferentes. La primera fórmula da nombre a una base de maquillaje fluida y de cobertura ligera, mientras que la segunda se refiere a una base de cobertura alta y ambas están agotadas desde el pasado mes de abril cuando se pusieron a la venta. “Hemos recibido más de 250.000 pedidos de nuestras bases de color en la primera semana de su lanzamiento”, avisaron The Ordinary en su página web.

Y es que la demanda les ha dejado sin existencias y con pedidos aún por preparar. “No podemos cumplir con más encargos de inmediato. Lamentamos mucho este retraso”. Desde entonces, según informa Harper's Bazaar UK, más de 25000 personas se han apuntado a una lista de espera para poder adquirir estas bases de maquillaje. Una cifra que ha puesto de manifiesto la expectación que había generado la marca y que les ha llevado a crear otras sublistas de espera dependiendo del tono que quieras adquirir. La marca incluso ha creado una guía para ayudar a las interesadas a elegir el tono adecuado y así poder apuntarse a una lista u otra en función de su elección.