Celulitis y flacidez. Dos palabras que a nadie le gusta escuchar y que la mayoría de las mujeres del mundo tiene que padecer en sus propias carnes (nunca mejor dicho). Por ello, y en busca de una solución de cara a mis merecidas vacaciones de agosto, decidí someterme a uno de los nuevos protocolos de ondas que ofrece este año el Instituto Médico Láser como novedad: las Ondas de Choque, parte del protocolo Triforce Tech. Siempre hablamos de tratamientos estéticos, pero ¿cómo es el acudir a una clínica estética de prestigio?

Tengo que confesar que como periodista especializada en belleza tengo mucha suerte. Podemos probar antes que nadie cosméticos y tratamientos de todo tipo, pero personalmente nunca antes me había decidido a probar un tratamiento de estas características. Todo comenzó una mañana en la que el trabajo me había dejado un poco de tiempo libre. Tras concertar una primera cita, animada por las ganas de poder contar en primera persona mi experiencia con los tratamientos estéticos corporales, acudí al IML (Paseo de General Martínez Campos, 33) para un primer diagnóstico realizado por la Dra. Almudena Royo. Después de una charla en la que la doctora tomó buena cuenta de mis hábitos y mis preocupaciones, realizó una exploración y dictaminó que las Ondas de Choque serían lo mejor para solucionar mi problema con la celulitis.

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Tengo 31 años y uso una talla S, pero no hago ejercicio y mi dieta no es la más saludable.

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Para que os hagáis una idea de mi complexión, tengo 31 años y uso una talla pequeña, pero no hago nada de ejercicio y mi dieta no es la más saludable. Estos factores favorecen que las células grasas empiecen a acumularse en la zona de los glúteos y los muslos, dando lugar a la molesta celulitis. Reconozco que no es algo muy grave, en mi caso no se trata de una celulitis demasiado marcada, la típica piel de naranja que se nota en la zona baja de los glúteos y la odiosa “banana” que se forma debajo de las nalgas, pero a todos nos gusta vernos mejor, así que pedí mi cita para empezar el tratamiento una semana después.

Las ondas de choque no son algo nuevo. Se llevan utilizando un tiempo en el campo de la fisioterapia y han demostrado su eficacia en el tratamiento de tendones o en los retrasos de consolidación ósea. Su tratamiento en el campo de la estética es muy reciente y se utiliza para mejorar el aspecto de la piel de naranja, aporta elasticidad y mejora los problemas de flacidez. Perfecto para tratar la celulitis, que necesita un abordaje multifactorial. No debemos olvidar que la celulitis es un cuadro congestivo donde los nódulos grasos entorpecen la correcta circulación sanguínea y linfática, toxinas sin vía de salida y líquidos que encharcan el tejido conectivo, produciendo irregularidades en la piel.

A mi llegada al IML para mi primera sesión, me identifico en la recepción y enseguida paso a la sala de espera donde me recoge la técnico que va a realizar el tratamiento, Silvia. Debo destacar que el trato de los empleados del centro es impecable, trasmitiendo confianza y seguridad en todo momento. Silvia me acompaña a la cabina de tratamiento y mientras me pongo la bata de papel de rigor, me trae las hojas de consentimiento que debo firmar. Como todo tratamiento estético puede tener riesgos; en este caso, se me informa de que pueden formarse hematomas, molestias o dolor en las zonas en las que se aplica el tratamiento. Firmo con algo de miedo, pensando que esto de las ondas no va a ser muy placentero precisamente. Y en este momento caigo en la cuenta de que las ondas de choque se llaman así por algo. Le pregunto a Silvia si el tratamiento es doloroso, pero ella me asegura que solo es molesto, aunque eso depende también de la tolerancia de cada uno.

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Lo que sea por conseguir un trasero como el de Doutzen.

El equipo que se utiliza es el SWT Expert, que genera ondas acústicas que actúan con picos de alta intensidad en un tiempo mínimo. Pero en este caso, sobran los tecnicismos. Lo primero que se hace es aplicar una capa de gel que facilita la conducción de la onda hacia el interior, minimizando el impacto sobre la piel y facilitando el manejo de generador de ondas de choque por parte del técnico. Después, toca regular la intensidad de la onda y para ello el técnico aplica el generador sobre la piel y te pide que le avises cuando empieces a notar una ligera vibración. A partir de ahí, comienza el tratamiento y he de decir que el primer golpe sorprende.

La sensación, en general, es muy extraña. El primer impacto, no lo voy a negar, me dolió. Supongo que fue porque no lo vi venir, porque nunca me había sometido a un tratamiento de este tipo, pero no pude evitar que mi cuerpo reaccionase dando un pequeño bote sobre la camilla. Las ondas de choque se comportan como una especie de golpes sobre la superficie de la piel y eso es lo que se siente: golpes intensos y muy rápidos, más molestos que dolorosos. A nivel general, la sensación fue de una ligera molestia que se alternaba con cosquillas o un dolor un poco más intenso, dependiendo de la zona por la que la técnico pasaba el generador de ondas. Según me explicaron, duele más en las zonas en las que la grasa se acumula de forma más compacta. El tratamiento en total dura unos 25 minutos, en los que se aplican las ondas choque propiamente dichas primero, y otras que también son de choque pero con un efecto de bombeo.

¿Y después? Pues lo cierto es que en los días posteriores sentí molestias en la zona tratada, una sensación parecida a las agujetas pero que tampoco fue más allá. También, tal y como advertía la hoja de autorización, me salieron unos pequeños hematomas que desaparecieron a los pocos días y que en ningún caso me echaron para atrás a la hora de someterme al resto de sesiones. Los tratamientos estéticos pueden tener este tipo de molestias a corto plazo, pero la verdad es que estoy contenta con los resultados. En mi caso, empecé a notar mejoría a partir de la tercera sesión y aunque el tratamiento normal suele requerir 10 sesiones, yo solo me he sometido a 5 porque mi problemática no es tan grave. Y ahora toca mantener los resultados y tomar conciencia para empezar a comer mejor y practicar algo de deporte.