Aunque son una pieza fundamental de la pirámide alimenticia y son básicos en la mayoría de las dietas comunes, cuando se trata de perder peso los carbohidratos se han convertido en el tabú de nuestro siglo. La famosa Dieta Atkins, de la que tanto han presumido Kim Kardashian o Renée Zellweger, o la controvertida Dieta Dukan son algunos de los planes de adelgazamiento que más restricciones ponen a los carbohidratos y que han colaborado a generalizar su mala fama. Pero, ¿son tan malos como los pintan?

Como nos explica la doctora Mar Mira, de la clínica Mira+ Cueto, las dietas que excluyen los hidratos de carbono por completo no son saludables. “No son buenas porque no serían dietas equilibradas que a la larga se puedan ir manteniendo. En una dieta tiene que haber de todo, ya que las dietas que son demasiado restrictivas pueden provocar a la larga un efecto rebote (es decir, que cojamos más kilos de los que hemos perdido cuando la abandonemos)”. Entonces, ¿a qué se debe el éxito de estas dietas? “Se pusieron de moda para perder peso de forma rápida, pero son perjudiciales porque el cuerpo, al no contar con otras fuentes de energía, convertirá la masa muscular en energía, lo que se conoce como catabolismo”, explica la doctora Mira. Por ello no debemos olvidar que “es bueno tomarlos porque constituyen la principal fuente de energía, pero para ello lo mejor es incluir en las dietas carbohidratos de absorción lenta”.

Carbohidratos de absorción lenta o rápida: ¿se podría decir que hay carbohidratos buenos y malos? Pues según la doctora Mira, lo mejor es enfocarlo desde otra perspectiva. “No es que sean buenos o malos: serían más saludables, los de absorción lenta, y menos saludables, los de absorción rápida”, nos explica. “Los carbohidratos más saludables son los integrales, que incluyen en su composición la semilla integral (cereales), porque su poder saciante es mayor. También hay que tener en cuenta que en la misma cantidad de peso tienen menos calorías que otros, porque tienen más fibra y su ingesta contribuye a los beneficios que también tiene la fibra”. De este tipo, nos encontramos con alimentos base de nuestra alimentación como la pasta, el arroz o el pan, pero siempre en su versión integral.Por otro lado, “los menos saludables generan un pico muy importante de insulina tras su consumo, y ahí encontraríamos los dulces, la bollería, etc.”

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Y es que prescindir de los carbohidratos resultaría peligroso, ya que cumplen dos funciones básicas: aportan energía y regulan el organismo. Su función energética se basa en que “los carbohidratos funcionan como reserva de energía, pudiendo usarse de manera inmediata porque las despensas energéticas tienen la capacidad de movilizarse rápidamente para producir glucosa en caso de que sea necesario. Esta función hace que el aporte de hidratos de carbono tenga que ser diario. Por otro lado regulan el organismo ya que la celulosa (fibra alimentaria) se encarga de regular el tránsito intestinal, teniendo además de éste, otros efectos beneficiosos para la salud”, nos cuenta la doctora Mira.

Por ello, si lo que no quieres es subir de peso, lo mejor es incluirlos en la dieta a lo largo de todo el día. “Como he comentando anteriormente, se deben incluir los carbohidratos de absorción lenta en nuestras dietas pero lo mejor esir disminuyéndolos durante el día”, afirma la doctora Mira, algo que tiene mucho sentido cuando nos paramos a pensar que es por la mañana cuando más energía necesitamos para rendir.Para ello nos propone, por ejemplo, tomar cereales en el desayuno como alimento principal. A media mañana tomaremos un yogur para continuar con la ingesta pero de forma progresiva descendente. En la comida lo mejor es mezclarlos con verduras para aumentar el aporte de vitaminas y fibra, mientras que en la cena prescindiremos de ellos, ya que no vamos a quemarlos al momento.