Seguro que a estas alturas ya tienes tus vacaciones más que planificadas y estás contando las horas que te quedan para dejar atrás tu día a día y desconectar. ¡Adiós al trabajo!, gritarás aliviada, pero ¿qué ocurre con el resto de tus rutinas, sobre todo si eres de las que está acostumbra a una actividad física diaria o no quieres que los excesos te pasen factura? Pues tampoco tienes que agobiarte; si eres una runner consumada seguro que encuentras tiempo y rutas para disfrutar en tus vacaciones de alguna que otra carrera, pero si eres más perezosa y te da miedo caer en las garras de la vaguería veraniega, perdiendo así los progresos que has conseguido estos meses en el gimnasio, no te preocupes.

La playa puede convertirse en tu mejor aliada a la hora de moverte y seguir manteniéndote en forma de una forma mucho más lúdica y sin la esclavitud del gimnasio. Y no, no estamos pensando en que te unas a ese estruendoso y heterogéneo grupo de zumba que se junta frente al chiringuito todos los días a las 12... Existen muchas alternativas que no ponen en riesgo tu salud, que los señores descordinados pueden ser un peligro.

Lo primero que debes tener en cuenta para practicar cualquier actividad en la playa son consejos de sentido común para que las actividades resulten lo más seguras posibles.

- La mejor opción es no remolonear en la cama y aprovechar la mañana: es mejor ir a la playa durante las primeras horas del día (antes de las 10 de la mañana), antes de que el calor empiece a apretar, para tener siempre una sensación fresca y evitar el daño de los rayos ultravioleta en las horas centrales, mucho más dañinos.

- También es importante protegerse del sol: siempre que estés al aire libre, incluso si el día se despierta nublado, utiliza protección solar adecuada a tu tipo de piel y una gorra.

- Hidrátate mucho: beber agua es la mejor manera de mantenerte siempre bien hidratada, así que ten siempre contigo una botellita de agua fresca.

Fun, Shoulder, Elbow, Photograph, Standing, Waist, People in nature, Summer, Vacation, Ocean, pinterest

Andar y correr por la playa

Los dos son ejercicios aeróbicos cuyos beneficios son conocidos por todos. Y como correr no está a la altura de todos, andar deprisa se convierte en una genial opción para disfrutar de la playa y hacer ejercicio. Además, si lo haces descalza, la irregularidad de la arena te proporcionará un masaje que estimulará la circulación.

Andar dentro del agua

Una variante de andar por la playa es hacerlo dentro del agua, aprovechando la resistencia que ésta nos ofrece, dependiendo también de hasta donde nos llegue. Por ejemplo, si el agua nos llega por los tobillos o poco más tenderemos a elevar la rodilla y ejercitaremos el cuádriceps, además de estar trabajando el tobillo y el gemelo. Si el agua nos llega por la cintura la cosa se pone interesante ya que además de trabajar más con la parte inferior del cuerpo para superar la resistencia del agua, tenderemos a empujar y también con la parte superior y pondremos en marcha músculos como abdominales, oblicuos y dorsales.

Recoger conchas

Este sencillo gesto de buscar y recoger cochas o caracolas hará trabajar tus piernas ya que la repetición de agacharse y levantarse recogiendo caracoles hace de esta actividad un buen medio para trabajar el tren inferior. Puedes aprovechar también para, de paso, meter alguna sentadillas fortalecer los glúteos.

Jugar con las olas

Meterse en el agua 15 minutos a jugar con las olas es un gran ejercicio para quemar calorías. Los saltos y las carreras con la ya mencionada resistencia del agua te ayudarán a trabajar casi todos los músculos del cuerpo.

Jugar a las palas

Reflejos, tonificación y coordinación se verán incrementados con un ejercicio tan veraniego como jugar a las palas. Eso sí, revisa bien la normativa de la playa para saber dónde puedes hacerlo, que si lo haces en la primera línea de playa puedes llevarte alguna multa.