¿Y si no hiciese falta ponerse a plan? ¿Y si no tuvieses que elegir entre proteínas y carbohidratos? ¿Y si existiese una fórmula secreta que te permitiese comer de todo y no engordar mientras que le aportas a tu cuerpo la cantidad de nutrientes que necesita para estar más sano y, en definitiva, que tú te sientas mejor? No se trata de ningún sueño de nutricionista, sino todo lo contrario. Estamos ante la realidad de la 'ingeniería' de los alimentos, estudios realizados que demuestran que, en lo que a la alimentación se refiere, el orden de los factores sí que altera el producto.

La ‘ingeniería’ de los alimentos ha puesto de manifiesto que hay ciertos nutrientes que, consumidos en conjunto, se dificultan unos a otros tanto el proceso de digestión como el buen aprovechamiento de sus micronutrientes. Por este motivo, como explica Gema Cabañero, nutricionista, experta en antiaging y directora de los centros Gema Cabañero, “es aconsejable no combinar alimentos que se digieren en distintas partes del aparato digestivo, con distintas enzimas y que precisan distintos tiempos para su procesamiento, pues dichas mezclas dificultan mucho el proceso digestivo y cuanto menos sobrecarguemos al aparato digestivo, mejor salud tendremos y más ligeros nos sentiremos”.

Según la propia Gema, las mezclas más desaconsejables serían las siguientes:

- Las proteínas nunca se deben comer a la vez que los cereales ni los carbohidratos. Pero tanto las proteínas, como los cereales, como los carbohidratos se pueden mezclar con verduras de todo tipo. Gema recomienda tomar un sólo tipo de proteína al día, solamente en una de las comidas.

- Se acabó eso de elegir fruta de postre. La fruta debemos comerla sola, ya que al final de las comidas, las frutas ralentizan la digestión y el estómago se centra en ellas, ya que le cuesta procesarlas. Así lo único que conseguimos es evitar que nuestro estómago digiera correctamente los nutrientes de los alimentos que hemos consumido justo antes. Lo mejor es tomarla al menos una hora antes de las comidas.

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El gusto que se siente al poder comer de todo

- No se deben mezclar distintos tipos de hidratos de carbono y cereales en una misma ingesta (sí se pueden mezclar con verduras, como ya hemos comentado) y preferiblemente consumir un sólo tipo en el desayuno o, como mucho, el almuerzo. Nunca en la cena.

- Si eres de la que bebe agua durante las comidas ha llegado el momento de parar. Según Gema Cabañero, no se debe beber agua durante las comidas sino hacerlo siempre media hora antes y dos horas después, ya que durante la comida lo que conseguiremos es sobrecargar el estómago de líquido, lo que también dificulta la función digestiva.

Pero, además de la importancia que tiene el no mezclar determinados alimentos, hay que tener en cuenta también sus tiempos de digestión y comerlos en orden, teniendo en cuenta lo que nuestro estómago tarda en digerir cada uno de ellos. Por ejemplo, en el caso de las frutas ácidas, nuestro estómago emplea unos 30 minutos, pero cuando se trata de frutas dulces, tarda en torno a una hora y media. Cuando le toca digerir verduras y hortalizas crudas, necesita alrededor dedos horas y media. Para los hidratos de carbono emplea de dos a tres horas, mientras que para las proteínas y las grasas necesita una media de tres a cuatro horas.

Además, como nos recomienda Gema Cabañero, es muy importante no pasar demasiado tiempo sin comer, sin dejar que entre ingestas no transcurran más de tres o cuatro horas, y así evitaremos pasar hambre. “Las bajadas de azúcar en sangre provocan ansiedad y ganas de picotear, por ello no hay que dejar pasar más de cuatro horas”. Es recomendable también hacer las ingestas más copiosas en el desayuno y el almuerzo, mientras que “las cenas deben ser ligeras, dando prioridad a las verduras, las sopas y las ensaladas. Los snacks de media mañana y media tarde pueden ser fruta o frutos secos”.