Son cientos las canciones que hablan de bailar. La de El Columpio Asesino, en la cabeza del indie patrio; la de Fangoria, por supuesto, todo el día bailando. Y hasta la de Sonia y Selena, si hilamos fino, que con el éxito de la nostalgia seguro se nos permite. Bailar es fiesta y fiesta es bailar así que, si para lo uno elegimos un estilismo que potencie lo otro, parece evidente que todos salimos ganando. Por eso brillos y terciopelo han sido indiscutiblemente los reyes del mambo en cuanto los focos se encendían… hasta ahora: los flecos finos estilo años veinte se multiplican en las propuestas de pasarela para esta temporada y, por extensión, en tus tiendas favoritas preparadis y listos para moverse al ritmo de cada una de las celebraciones navideñas.
Posiblemente, lo último que bailemos en Nochebuena sea un charlestón, pero eso no importa: la flapper de 2017 baila rock, pop y reggaeton hasta el amanecer con flecos que bien se extienden por todo el cuerpo como vimos en Rochas, Emilio Pucci o Prabal Gurung, o bien ponen la guinda perfecta rematando los bajos de faldas o pantalones largos, como pensó Phoebe Philo en Céline.
Y mientras tanto, de forma casi silenciosa y entre dosis ingentes de brillo y velvet, marcas de moda pronta como Zara, Topshop o Mango han ido introduciendo esta tendencia en sus webs de e-commerce como alternativa al estilismo de fiesta más clásico: monos largos con la pernera ancha repletos de flecos ultrafinos, mini vestidos que hacen lo propio e incluso minifaldas denim donde las tiras se visten de abalorios elevando el tejido vaquero.
Y entonces, enfundadas de flecos, ya solo hará falta darle al play y saltar a la pista de baile en esa hora de la noche en la que cesan los villancicos y empieza el rock and roll. Shake it up baby!