Es curioso cómo a lo largo de la historia aquello que comenzamos rechazando se ha acabado convirtiendo en imprescindible. En cuestiones de indumentaria, ha pasado con la camiseta de algodón, con los vaqueros… también con el 'little black dress', también conocido como LBD o 'petite robe noire'. Una pieza atemporal que más allá de ser una simple tendencia, representó un movimiento de lucha que protagonizado por Coco Chanel contra de las normas sociales de la década de los 20. Un acto que asimismo ayudó a las mujeres a decidir libremente su manera de vestir, terminando con las imposiciones de indumentaria y permitiendo la aparición de diversos diseños que han perdurado hasta la actualidad.

Sucede que hasta los años 20, el negro no era considerado apropiado para las mujeres, a no ser que éstas estuviesen de luto. El negro era el color que vestían los sirvientes porque era sencillo de lavar, mientras que a las damas de bien se les asignaban los tonos más claros, más difíciles de conseguir y más caros de mantener.

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Coco Chanel con uno de sus famosos vestidos negros.

Hasta que Coco Chanel decidió un buen día de la década de los 20 acudir al teatro con uno de sus últimos diseños, un vestido negro que le llegaba por debajo de la rodilla. Allí, al verse rodeada de mujeres con enormes pamelas y vestidos en toda la paleta de los tonos pastel, se propuso a sí misma lo siguiente: "Voy a joder a todas estas mujeres con el negro". Así lo afirmó años después, y eso fue básicamente lo que hizo, aunque a estas alturas podemos afirmar que el verbo no coincide con lo que realmente hizo por las mujeres el día que se marcó ese objetivo.

Su 'little black dress' fue todo un éxito. Llegó en un momento en que las mujeres querían liberarse de las ataduras, olvidar los años de la gran guerra y disfrutar de su libertad. Además, era relativamente barato conseguir uno. Para el día, lo escogían realizado en lana; para la noche, en encaje o terciopelo. El efecto del vestido negro era siempre el mismo: hacía a las mujeres parecer elegantes. Les sentaba bien. Años después, la aparición de Audrey Hepburn frente al escaparate de Tiffany's en la película Desayuno con Diamantes es una escena que muchos recordamos, donde el diseño que lucía la actriz, obra de Hubert de Givenchy sirvió a muchos otros diseñadores –entre quienes destacan Balenciaga, Tom Ford y Diane Von Furstenberg– de inspiración para reinventar el diseño del LBD.

Christian Dior afirmó años después: "Puedes llevar negro a cualquier hora del día o de la noche, a cualquier edad y en cualquier ocasión. Un vestido negro es la cosa más esencial en el armario de una mujer".

En la actualidad, tal y como se propuso Coco Chanel y como confirmó Dior, lo lucimos en la oficina, en nuestro tiempo libre e incluso en cada uno de los eventos de nuestra agenda social. Es uno de los básicos femeninos por excelencia que marcó un antes y un después en la historia de la moda.