Son piezas grandes, vistosas y originales. La firma italiana de joyas que ha cautivado a Blanca Suárez y a Letizia Ortiz tiene sello italiano pero el 50% de su ADN es español. Y es que tras Schield se encuentran el italiano Roberto Ferlito, alma mater de la empresa, y el malagueño Diego Díaz Marín, fotógrafo y director Creativo de la firma.

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Con su centro de operaciones ubicado en Florencia, en Schield se dan forma a piezas realizadas a mano con las mejores y más exquisitas técnicas orfebres. Sus colecciones tienen un punto irreverente que las envuelve en un halo vanguardista capaz de enamorar a las más fashionistas. Sus clientas tienen claro que sus joyas están hechas para llamar la atención. Aquí de lo que se trata es de hacerse ver.

Sus diseños están concebidos como mini esculturas que se sintetizan con el cuerpo. Nada es lo que parece y jugar con los efectos ópticos está dentro de los objetivos de Schield (para muestra, los pendientes de metal "derretidos").

Estos únicos y arriesgados diseños de joyería han hecho las delicias, no solo de doña Letizia y de Blanca Suárez, sino también de otras famosas tan dispares en cuanto a estilo como Emily Ratajkowski, Naty Abascal, Olivia Palermo o Chiara Ferragni.

Para su última aparición, Blanca Suárez eligió los pendientes del modelo Chemical Fire, de plata bañada en oro. Un voluminoso diseño que cuesta 574 euros y que se puede comprar on line. Como ella, la reina Letizia también se ha dejado ver en un par de ocasiones con uno de sus modelos, el Cyborg Flowers, de plata y con cristales de Swarovski, y desde Schield no han dudado en compartir ese momento en su (cuidada) cuenta de Instagram.