La primera primavera de The Row en París

El diseñador y su ciudad, el nexo. Ambos están bien amarrados. De ahí que, para una casa de moda, llevar una colección de Nueva York a París sea una auténtica declaración de intenciones. The Row, niña bonita de Mary-Kate y Ashley Olsen desde que naciese en 2006, suma nuevas (e hiperbólicas) vivencias. Empezando por su cambio de emplazamiento. El pasado 2011, por razones ajenas a la compañía, las hermanas más celebradas de América presentaron su colección de primavera en la capital francesa, abandonando el almanaque neoyorquino –debutando allí en 2010–. Esta vez, el cambio de tercio no es accidental. París se esboza como el perfecto escenario para que The Row encauce su vida futura.

“Cada paso que damos es realmente importante para la marca y no nos gusta hacerlo todo a la vez", comentaban a WWD. "Queremos asegurarnos de que todo está configurado como es debido, de que las cosas funcionen". Pasos firmes. Pero, ¿París? "Queríamos hacer algo especial para nuestras clientas esta temporada", añadía Ashley. "La mayoría son parisinas, por lo que era el momento idóneo". La presentación de la colección tenía lugar el pasado miércoles en el Château de Courances, un palacete del siglo 17 ubicado a una hora de la ciudad del Sena. La lejanía del espacio, más que un incordio, era un requerimiento: las Olsen querían presentar su muestra aisladamente, sin periodistas: sólo compradores potenciales. "Mary-Kate y Ashley han insistido mucho en la distribución de sus propias imágenes de la colección, disparadas la mañana ulterior al desfile", aquel que se celebró (en showroom) para recibir a la prensa.

Las piezas que conforman la muestra están destinadas a un público más joven y maduro; a mujeres que aprecian el lujo discreto por el que The Row lleva abogando casi una década. Abrigos de cashemere, trajes sobrios, vestidos aerodinámicos... La colección, con bolsos pictóricos tejidos a mano, exulta sensatez. Lo inesperado: apertudas sorteadas aquí y allá; el sexy romántico según The Row. "Hemos estado más abiertas que nunca al cambio (...) Los elementos clave se han mantenido, pero queríamos prendas más cortas: más piernas y más sol, una especie de romance en el jardín".