"Mi nombre es Teddy Quinlivan, tengo 23 años, soy una mujer. Fui criado en los suburbios de Massachusetts, donde fui a una escuela pública. Sufrí mucha discriminación y acoso en el colegio. El lugar donde crecí carecía de diversidad, así que me convertí en paria para la gente que vivía cómodamente en en una vida con el género correcto". Así es como comienza su testimonio Teddy Quinvilan, la modelo que, tras hacer pública su transexualidad hace solo diez días, a través de un vídeo de CNN, ha triunfado en las semanas de la moda internacionales.

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Durante los últimos días, el Instagram de Teddy Quinlivan ha quedado invadido por imágenes en las que la modelo aparece desfilando para firmas como como Missoni, Sportmax, Fendi, Max Mara y hasta el desfile de Versace que supuso un gran homenaje a Gianni Versace en el 20 aniversario de su muerte. Sin embargo, no siempre su vida ha sido tan fácil y exitosa como lo es ahora, tal y como explica en la carta que ha edición estadounidense de I+D Vice ha publicado: "Siempre me supe que era una mujer, nunca me lo he cuestionado. La gente se dirigía a mí como un chico y utilizaban pronombres masculinos como 'él', pero sentía que era algo como mi nombre, que se me impuso sin opción a decidir. Obviamente, cuando fui creciendo y fui tomando conciencia de las normas de género establecidas, hice lo que pude por cumplir con el rol masculino, aun sabiendo que era lo incorrecto. Pero sabía que expresarme tal y como me sentía por dentro podría llevarme a más acoso y rechazo por parte de mi familia. Así que me conformé con sobrevivir".

El de Teddy Quinvilan puede que sea uno de los testimonios más duros conocidos hasta ahora en la industria de la moda, aunque no por eso menos necesario y favorable para seguir adelante en términos de diversidad, tolerancia, libertad sexual y respeto. Porque, tal y como explica la modelo en su declaración, este sector es uno de los más poderosos e incluir en él a personas de todos los géneros, transexuales, de cualquier inclinación sexual, raza, religión, procedencia o aspecto físico y mostrarlas al mundo en la portada de una importante cabecera o en el desfile de un gran diseñador, hará romper muchos de los prejuicios y estereotipos ahora fijados.

El testimonio de Teddy, en el que cuenta sus peores años en la escuela, cómo decidió someterse a los tratamientos transgénero o cómo tuvo que lidiar con su propio cuerpo para aceptar esa parte de los órganos reproductores que, como consecuencia de su trabajo, todavía no ha podido cambiar, ha tenido una acogida maravillosa tanto dentro como fuera de la industria de la moda. De hecho, ella misma cuenta en esta carta cómo le sorprendió la grata reacción de la gente cuando hizo pública su transexualidad: "¡Las reacciones han sido absolutamente asombrosas! Me siento verdaderamente bendecida de que mucha gente lo haya visto y hayan aprendido algo o se hayan sentido inspirados. He recibido miles de mensajes y comentarios de gente que admiro personalmente y que no había conocido hasta ahora. Esto me recuerda lo importante que es esto".

La acogida ha sido tal que, hasta el mismísimo John Galliano ha publicado una imagen en su cuenta de Instagram con el mensaje más alentador e inspirador para cerrar una carta como esta. En palabras de la propia Teddy Quinvilan, "Si pudiese lanzar a un mensaje para los niños trans, sería que no hay un solo significado para 'ser normal'. Es una palabra que tienes que definir tú mismo. No estás solo en esta batalla. Levántate por ti mismo y pelea por tu libertad. ¡Demuestra que todos están equivocados! Y, lo más importante, quiérete a ti mismo. Esto es lo más difícil, pero si te quieres a ti mismo sin importar nada, serás libre".