Ya lo había adelantado restregándole un puñado de billetes falsos a un guardia de seguridad cuando este no le dejó tirar esos mismos dólares sobre el público de los pasados BET Awards: Rihanna viene cargada y no exactamente de paz. La cantante de Barbados reafirma su intención guerrillera en el videoclip que hoy ve la luz para su tema Bitch better have my money, una oda a la violencia hipersexualizada de siete minutos en el que orquesta junto a sus dos amigas el secuestro de una rubia y retocada multimillonaria californiana. Pero lo sorprendente del asunto en sí no es la intervención estrella de Eric Roberts y Mads Mikkelsen, el puñado de abrigos de pieles cortesía de Tom Ford o la facilidad que tiene Rihanna para ensangrentarse el cuerpo en cuestión de segundos sino algo mucho más cercano: la modelo murciana es cómplice de este cóctel explosivo enfundada en los mismos trajes exuberantes que la cantante y atusada con melena blanca.