Kylie Jenner lanzó hace unas semanas su segunda tirada de kits de pintalabios y como la primera vez, lo vendió todo -tres nuevos colores, más los tres primeros, que volvían a ponerse a la venta- en cuestión de 28 minutos exactos. Una vez más lo hizo sin promoción ninguna necesaria más allá de una pista aquí y otra pista allá vía Instagram y el anuncio del lanzamiento en el perfil de su imperio de belleza en construcción, KylieCosmetics, que a pesar de su corto recorrido (y eso que ampliará su repertorio de pintalabios a pintaúñas próximamente) cuenta ya con un 1,5 millones de seguidores. Casi los mismos que acumula en esa misma ventana al mundo la marca de ropa que comparte con su hermana mayor: Kendall + Kylie. Un proyecto que se hizo un hueco hace unos días en la Semana de la Moda de Nueva York con una discreta presentación, si bien en un principio se especuló con que sus propuestas pudieran desfilar en el marco de esta cita sumándose así a su calendario oficial.

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Las hermanas Jenner a la llegada a la presentación de su nueva colección durante la Semana de la Moda de Nueva York Otoño-Invierno 2016. Nada de lo que llevaban puesto era de su marca de ropa, excepto los zapatos.

La carrera como diseñadoras y empresarias de moda de las hermanas Jenner ha sido hasta ahora bastante irregular. Si bien su colaboración fija con PacSun tiene bastante éxito entre las adolescentes americanas, su colección cápsula para TopShop, que vio la luz la temporada pasada, no tuvo la repercusión esperada y pasó sin pena ni gloria por las tiendas que tiene repartidas por el mundo la cadena británica. Algo parecido pasa con su actual línea de ropa asequible. Y eso que ha conseguido ganarse la confianza de plataformas de venta tan importantes como Saks Fifth Avenue o Neiman Marcus. La ambición de las Jenner es, en este sentido, mucho menos desmedida que la de su cuñado Kanye West. Pero su visión creativa está seguramente bastante por debajo de su tirón comercial (a West le pasaría justo al revés). Y es que sus correctos diseños y accesorios no acaban de ser ni tan consistentes ni tan deseables como cualquiera de los otros palos que tocan; incluida la ropa que llevan, porque suelen agotar algunas de sus prendas preferidas firmadas entre otros por Givenchy, Saint Laurent o Alexander Wang. Incluso por Asos o Mango: así ha pasado con el look que escogió Kendall para la fiesta de presentación de Tribal Spirit en Barcelona. O con sus extremadas sandalias de Sophia Webster (en las que se han inspirado claramente para su colección). Será porque la estética de Kendall + Kylie no se corresponde exactamente con aquello que les gusta ponerse su día a día; en general cuesta identificar la mayoría de piezas con el estilo que Kendall y Kylie gastan habitualmente, más allá de algún vestido, mono, o zapato suelto. No es el caso por ejemplo de Fenty Puma, donde no hay pieza de la colección que no respire el sello estilístico de Rihanna. Igual que en el caso de Olivia Palermo y Nordstrom.

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Colección Primavera-Verano 2016 de Kendall + Kylie. Disponible en Neiman Marcus, Nordstrom, Shopbop y Revolve Clothing.

Como bien apunta Vanessa Friedman, editora de moda del New York Times, las líneas de ropa de las celebridades suelen seguir dos patrones: famosos que se meten a diseñadores porque encuentran un hueco en el mercado para su sólida visión creativa (véase las Olsen con The Row y Victoria Beckham) o famosos que lanzan su marca de ropa, en solitario o bajo el paraguas de otro (mayormente grandes cadenas y grupos de distribución), para ofrecer una versión fiel y normalmente asequible de su armario a sus millones de seguidores. Lo de Kendall y Kylie debería encajar en el segundo grupo, pero claramente, y de momento: no lo acaba de hacer del todo. Aunque van bien encaminadas.