1- Veo ahora-compro ahora. El see now-buy now ha desbaratado definitivamente el ciclo tradicional de la moda rompiendo los tiempos de presentación-producción-puesta a la venta de las colecciones de ropa. De hecho, las grandes firmas ya han empezado a modificar sus calendarios más allá de poner a la venta algunas de sus piezas inmediatamente después de sus desfiles; sin ir más lejos, y mientras Chanel u Oscar de la Renta presentan estos días el Crucero 2017 -en Cuba y Australia, respectivamente- Céline, Proenza Schouler o The Row, así como la línea de difusión de Alexander Wang y Balenciaga, apenas acaban de desvelar y lanzar sus propuestas de preotoño 2016, justo a la par que llegan a las tiendas.

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Colección Pre-Fall 2016 de T by Alexander Wang.

2- La tendencia athleisure: del ready-to-wear a la alta costura. La ropa deportiva se ha consagrado definitivamente como tendencia. En las últimas temporadas no solamente se ha colado en los repertorios de las principales firmas de prêt-a-porter sino que ha colocado a las marcas tradicionalmente deportivas entre las enseñas de moda más deseadas (gracias, en parte, a colaboraciones entre diseñadores como Riccardo Tisci u Olivier Rousteing y compañías como Nike). Con la llegada de Vetements a la Alta Costura el fenómeno adquiere una nueva y excitante dimensión ¿ha llegado el momento de que la alta costura se apunte al fenómeno sport?.

3- Wearables: tecnología ponible (de verdad). Si bien la última gala del MET no pudo llegar a confirmar las bondades que supone aplicar cierto tipo de tecnología a la ropa -por mucho que se empeñaran Marchesa y Zac Posen con sus vestidos iluminados a base de LEDS, llevados respectivamente por Karolina Kurkova y Claire Danes- los gadgets siguen buscando su sitio en el mundo de la moda. Los últimos en intentarlo han sido Levi's y Google. Ambas compañías acaban de anunciar una colaboración a través de la cual han creado una cazadora inteligente -tejana, por supuesto- con la que podremos controlar nuestro teléfono móvil (contestar un llamada, consultar Google Maps o usar Google Play Music sí como abrir o cerrar cualquier aplicación). Y eso a través de los botones que se encuentran en los puños de la chaqueta. Una prenda cuya estética, y he ahí el gran triunfo: no se verá afectada para nada.

4- Cruzada contra las falsificaciones.Con el grupo chino Alibaba en el punto de mira, el mundo de la moda particularmente las firmas de lujo, se han puesto serias con el tema de las falsificaciones. Mientras Diesel ganaba en España un caso contra una empresa que se dedicaba comercializar ropa y complementos utilizando el nombre de la marca, Louis Vuitton hacía lo propio en Taiwán y Prada y Salvatore Ferragamo han logrado cerrar en los últimos meses varias webs que vendían material falso bajo sus siglas . Otras medidas pasan por colocar chips de autenticidad en prendas y accesorios. Moncler y Zara (sí, Zara...) ya están en ello.

5- El fin de circo en el street style. Y es que gracias a las redes sociales, nuevo escenario ideal para la exageración y el fingimiento, y por culpa de las nuevas tendencias, parece que el "postureo" se ha trasladado definitivamente de las calles a cualquier otro lugar.

6- Un solo sexo. Ni masculino ni femenino. Ropa sin género par hombres y mujeres, una realidad que en el mundo de la moda empieza por presentar colecciones de una sola vez (como ya han confirmado que harán Burberry, Vetements o Gucci) y con piezas que lo mismo sean par mujer que para hombre.

7- Moda sostenible, por fin una (casi) realidad. De grandes cadenas como H&M y su exitosa campaña de reciclaje de ropa, a Zara, pasando por los grandes grupos del lujo como Kering y LVMH -que han empezado a implementar nuevos protocolos y políticas que pasan por reducir las emisiones de gases, eliminar ciertos químicos en sus procesos de producción, limitar el uso de PVC, regular el gasto de agua, y apostar por materiales cada vez más sostenibles, entre otras medidas-así como el éxito de Livia Firth y su Green Carpet Challenge, que de Stella McCartney y Erdem ha pasado a Chopard, y estos días llegaba incluso a Cannes: se confirma que el mundo de la moda está cada vez más concienciado con el problema de la producción y el consumo sostenibles y responsables. La industria vela cada vez más por el respeto al medio ambiente (y a los trabajadores).

8- El boom de la segunda mano. El mercado de segunda mano está casi tan lleno de posibilidades como el de primera mano. De tiendas a webs y aplicaciones varias, en todos ellos hemos pasado de encontrar opciones vintage a oportunidades de marcas de primera, y de temporada.

9- Los millenials como nuevos (y necesarios) consumidores. Si tras casi un siglo de gloriosa existencia, Chanel ha convertido su perfume más icónico, el Chanel Nº 5, en un agua de colonia -Chanel Nº5 L'eau-, pasando además de Vanessa Paradis (imagen de Coco en 1992) a Lily-Rose Depp, su hija adolescente de 16 años, como imagen de campaña (Willow Smith es otra de las nuevas musas de Karl Lagerfeld): es que la moda (y el lujo) necesitan definitiva y desesperadamente a los millenials.

10- Transformación de la tienda física. Las ventas por internet están convirtiendo las tiendas en espacios consagrados a todo tipo de actividades menos a las compras (las flagships hacen las veces de galería, sala de fiestas o lugares donde experimentar toda una experiencia de compra aunque no gastes). Si bien es cada vez más común que marcas o plataformas multimarca que solo venden por internet abran ubicaciones a modo de showroom o club social, las tiendas son cada vez menos rentables (Louis Vuitton ha cerrado varias de sus boutiques en China) y necesarias para firmas de todo y muy distinto signo. Muchas de ellas han hecho de las suyas lugares donde el consumidor puede customizar su oferta (Fendi, Coach o Levi's, sin ir más lejos) así como recibir un servicio personalizado de atención al cliente. Los grandes almacenes por su parte, también se reinventan. Y proliferan las pop-up stores.