Ríndanse a la moda rápida o consideren, por un momento, en invertir en calidad. Ese parece el lema con el que algunas marcas de lujo parecen instar a sus consumidores últimamente, palpable en la multiplicación del imperio artesanal de Chanel y sus talleres externos –los bordados de Lesage o los tocados de Maison Michel– pero muy especialmente en el adagio en los ritmos de la histórica Hermès. La dirección creativa de Nadège Vanhee-Cybulski junto a una herencia de 178 años respetando su legado hípico y magistral en el cuero hace que, con Hermès, el producto cobre mayor deseo cuanto más tiempo pasa en el armario. Consciente de ello, la casa francesa ha adquirido uno de los talleres especialistas en cuero más importantes de Francia, Tanneries du Puy.

"Esta adquisición, que nos ayudará a salvar más de cien puestos de trabajo en la región de Auvernia en los Alpes franceses, concuerda con la estrategia del grupo Hermés para preservar la artesanía y el saber hacer", explica la firma en un comunicado. Esta incorporación se suma a la división de cuero Hermés Cuirs Précieux de la casa, junto a otros talleres como el de Annonay, a 80 kilómetros de Puy.

A pesar de esta noticia, la expansión digital de la compañía también se haya en pleno proceso de transición: su página web lanzará una campaña de Navidad a partir de diciembre y hace dos semanas presentó Hermèsistible, una sección donde los usuarios pueden sumergirse en el léxico de Hermès con emoticonos, glosarios y hasta historias audiovisuales con sus productos más emblemáticos.