Algún que otro juicio le ha costado a Christian Louboutin gozar del derecho exclusivo de colorear de rojo las suelas de los tacones. Una tipografía o un logo se entienden únicos e inimitables fácilmente, elementos más simples (y sutiles) como pueden ser determinados estampados –las tres rayas de Adidas– o tonalidades –el encarnado del zapatero francés–, no tanto. Así pues, ¿puede una firma impedir que otras utilicen un elemento característico de sus creaciones?

Rotundamente, sí. El último (los últimos) ejemplo de blindaje de marca lo proporciona Alessandro Michele. En 2015 y 2016, el diseñador florentino ha incluido en sus diseños para Gucci desde la clásica (y centenaria) banda verde y roja hasta el logo renovado de la doble G pasando por elementos más o menos universales como tigres, abejorros o serpientes. La representación de Michele de la fauna citada es, de ahora en adelante, patrimonio exclusivo de Gucci, pues el creativo la ha registrado ya en los tribunales. Así lo comunica The Fashion Law. "La serpiente rayada sobre una tira, la herradura de Dionisio, el abejorro de oro sobre la cenefa verde y roja y la cabeza de tigre son sólo algunos de los ocho diseños que Michele ha registrado en los juzgados como propios".

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Las reproducciones, muchas veces literales, de tales señas en cinturones, bolsos, chaquetas y demás prendas que no llevan el rótulo de Gucci han precipitado la decisión del modisto.

La doble G de la casa, traída de vuelta por Michele en 2015, cuenta ya con tal cantidad de duplicados que el creativo ha peferido curarse en salud. Lo dicta la ley: "A cada vaca le pertenece su cría".