“Lo recuerdo a cámara lenta. Miré a ese extraño y mi primera reacción fue: Sácame de esta situación”. Así comienza la diatriba entre la maniquí Gigi Hadid (Los Ángeles, 1995) y la directora y escritora Lena Dunham. La newsletter de esta última publica hoy una entrevista en la que Hadid habla largo y tendido del suceso que vivió la semana pasada en Milán cuando a la salida del desfile de la firma Max Mara fue agredida. En pocas líneas, la última musa del modisto Tommy Hilfiger explica que gracias a las sesiones de boxeo que practica con asiduidad supo “cómo luchar instintivamente”. “Sentí que estaba en peligro y que tenía todo el derecho a reaccionar de la manera en que lo hice. En todo caso, quiero que las chicas vean el vídeo y sepan que tienen derecho a defenderse si se encuentran en una situación similar”. Aunque Hadid respondió al ataque con un codazo, finalmente ordenó a sus guardaespaldas que fueran tras el agresor.

La que es novia de Zayn, ex miembro de la banda británica One Direction, se pronunció en Twitter nada más acaecido el incidente. “¿Cómo se atreve ese idiota a pensar que tiene derecho a agarrarme siendo un completo desconocido?”, compartió en la red social.

El forastero en cuestión se llama Vitalii Sediuk y es reportero. "Considero que Gigi Hadid y Kendall Jenner no tienen nada que hacer en la alta costura. Animo a la industria de la moda a apostar por verdaderos talentos, no por simples chicas monas de Instagram. Esto [el ataque] es un toque de atención para Anna Wintour, que ha hecho que su revista sea prensa amarilla poniendo a las Kardashians en portada”, justificó a los medios.

Diarios como el Daily Mail o The Mirror criticaron ipso facto la “ferocidad” de la modelo ante “un fan” y reprendieron su actitud. La experiencia de Sediuk en el acoso a celebrities es rica: Madonna, Bradley Cooper, Leonardo DiCaprio y America Ferrera son sólo algunos de los famosos que han sufrido ya su fanatismo.