A los 70 años y cinco días después de presentar el último de sus más de 30 libros, la periodista y ensayista Margarita Rivière ha fallecido en Barcelona a causa de una enfermedad pulmonar. Rivière, que el pasado miércoles entregaba al público el thriller Clave K como metáfora del ejercicio de poder en Cataluña –escrito hace quince años pero publicado ahora por la controversia observada por su grupo editorial–, será recordada por una amplia trayectoria que ahondó en la moda como una disciplina artística e histórica más, con aportaciones como el emblemático Diccionario de la Moda que en tantas casas es ya una referencia inequívoca.

Hija de publicista, se licenció en Periodismo y Filosofía y Letras por la Escuela de la Iglesia de Barcelona, en 1964 aterrizaba en la edición norteamericana de la revista Marie Claire como corresponsal de la revista en España. Poco más tarde pasaría al otro lado, al de las redacciones de diarios: Rivière fue una de las primeras mujeres en conseguir un cargo de alta responsabilidad en El Periódico de Catalunya, donde lideró desde 1978 (con el fin de la dictadura aún en caliente) las secciones de cultura y espectáculos junto al suplemento dominical. No tardaría en trabajar también en el campo audiovisual: en 1984 dirigió el programa Hablemos del amor de Radiotelevisión Española, y cuatro años más tarde se incorporaría a la agencia Efe como delegada en Cataluña de 1988 a 1992. Allí dio su primera exclusiva, el primer boceto de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Por aquel entonces, no obstante, ya había publicado un total de siete libros de índoles e intereses distantes pero entrelazados por su visión crítica y antropóloga, con la mujer como eje principal de su retina. En el ámbito de la moda destacaron de esta primera obra La moda, ¿Comunicación o incomunicación? (1977), Historia de la media (1983) y Gramática de la moda. Lo cursi y el poder de la moda (1992), por el que ganó el Premio España Mañana de Ensayo ese mismo año.

Su compromiso con la mujer no se quedó en lo referente a esa industria: "El mejor feminismo hoy es una esforzada sabiduría del porvenir, una sabiduría plural, multidisciplinar, abierta y curiosa", decía. En relación a ese mismo campo escribió El mundo según las mujeres, El placer de ser mujer o Anticonceptivos y control de natalidad, que escribió junto a Santiago Dexeus. Y en su compromiso con la moda, campo donde hoy algunos se disputan la premonición de su muerte en pos de las tendencias y el imperio de la cultura pop, conviene destacar su certera afirmación al respecto: "La moda como creación ha muerto. Pero ha dejado un heredero: el culto al cuerpo".

Dicen que Margarita Rivière se dio por completo a una pluma que no siempre devolvió todo lo que merecía a cambio. "Me ha importado más hacer mi trabajo con dignidad que defenderlo con uñas ydientes", respondía a quienes acusaban esta máxima. Mantra sorprendente como un bálsamo de humildad contra la feria de vanidades que rodea hoy al periodismo, en especial de moda. Porque profundizar y analizar nunca está de más, y porque informar sobre moda nunca estará reñido con el espíritu lúdico de esta compleja disciplina, hoy es un día negro para los que aún siguen creyendo en la doctrina Rivière, que no es otra que la del periodismo en su máxima esencia.