Wang (San Francisco, 1983), al frente de la maison del guipuzcoano Cristobal Balenciaga de 2012 a 2015, creó su propia etiqueta, Alexander Wang, con poco más de 20 años. Desde el 2007 ésta participa en la Semana de la Moda de Nueva York y, auspiciada por el beneplácito de (prácticamente todos) los pesos pesados de la industria desde el principio, se perfecciona colección tras colección.

La gloria que vive la firma, más que de su fundador, el hombre que le da nombre, depende de la familia Wang al completo. Madre, padre y hermana del ganador del CFDA a Mejor diseñador en 2009 integran la plantilla de personal de la empresa desde que se fundara. Hasta la fecha, Wang ejercía como creativo de aquella; hoy anuncia que asume también el puesto de CEO, director ejecutivo, haciéndose con el control casi absoluto de su compañía.

Así, Wang sustituirá a su madre, Ying Wang, y a su cuñada Aimie, quienes hasta ahora desempeñaban dicho cargo. Su tía Caroline Wang se mantiene como vicepresidenta.

Las últimas palabras de Wang en público (en junio, en el programa de charlas The Atelier) hacían especial hincapié en la importancia de mantener el concepto de “empresa familiar” ligado a Alexander Wang. “Empecé junto a mi cuñada con seis jerséis (…) No sabíamos cómo no hacer nada, esa es la verdad”. En el número de octubre de Harper’s Bazaar España, el diseñador ya lo constató: “Al principio yo entrevistaba a todo el mundo: mensajería, ventas… Si iban a formar parte de Alexander Wang debían entender nuestra cultura, y yo quería comprender por qué querían trabajar para nosotros. Es una empresa familiar y me gusta pensar que cada persona que se une a ella es una extensión de mi propia familia y que trabajarán para la compañía como si fuese suya (…) Hemos cometido errores y no todo ha sido un éxito, pero hemos aprendido de ello. Queremos mejorar y evolucionar”.

“Estamos alineando nuestra estructura de liderazgo para continuar con la construcción del negocio”, cuenta la compañía en el comunicado. “Así lograremos ser más eficientes y sentaremos las bases del crecimiento futuro de la empresa”.

Por su parte, el modisto de 32 años da las gracias: “Quiero agradecer a mi familia, especialmente a Ying y a Aimie, el esfuerzo incondicional que han empleado en la empresa hasta hoy (…) En una era en la que el ambiente cambia tan rápidamente fruto de los avances tecnológicos y demás, un liderazgo fuerte aumentará nuestra flexibilidad”.