Harper's BAZAAR participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que Harper's BAZAAR recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
Fedora: anatomía de un sombrero que nunca muere
Surgido en 1891 y rebautizado un puñado de cientos de veces a lo largo de la historia, este locuaz accesorio busca sus atajos para volver, otra vez, en su estación favorita del año.
El sombrero no es para el invierno, ni para la primavera, quizás más en verano... Pero sobre todo, es para el otoño. En verano nos dejamos llevar por las gorras,, las pamelas y los borsalinos de paja. Pero seamos claros, solo cuando estamos cerca del mar, cuando pisamos la playa descalzos y cuando queremos protegernos. Como pieza estilística, solo apostamos por él cuando empieza a apretar el frío, y nos cuesta sacarlo. No sabemos por qué cuesta tanto ponernos el sombrero. Quizás porque nos sentimos observados, quizás porque sea una costumbre lejana –en Londres o París es mucho más común, que se lo digan a las francesas– o quizás porque tenemos complejo de que nos quede mal. Es complicado que un sombrero estropee un estilismo, si siguen unas reglas. Ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. No estamos hablando de un tocado, sino de un fedora, una boina... En fieltro, en lana, con pequeños detalles en la cinta, con pluma o sin ella, en diferentes colores, el mundo de la sombrerería ha ido evolucionando también con las tendencias. Ahora es parte fundamental de muchas mujeres que apuestan por él casi cada día. Aunque nos sintamos en otra época, aunque nos sintamos observadas, llevar un sombrero bonita también da fuerza al estilismo. Si tras leer esto ya te atreves a ponerte uno... Yo me quito el sombrero.
VER VÍDEO
Guía de regalos para el Día de la Madre
Las sandalias planas con anillo que arrasarán
El bañador de leopardo que hace tipazo
Las gafas de sol Hawkers más bonitas