La nueva colección de Zara parece sacada de una película de Julia Roberts

Acabábamos de entrar en la década de los 90 cuando, una recién llegada (a la gran pantalla) Julia Roberts se convertía en la musa indiscutible de la comedia romántica a nivel mundial. Le bastó un solo papel, el de protagonista en Pretty Woman, para pasar a ser icono de estilo (cuando este no tenía nada que ver con seguidores en Instagram) para ellas y mito erótico para ellos. La repercusión de aquella película y su singular historia de amor fue tal que, alrededor del globo, las madres comenzaron a poner a sus hijas el nombre de Vivian. Porque daba igual que fuese una prostituta, aquel idilio amoroso significaba mucho más que que la simple historia de un millonario y una chica de la calle.

Y ese fue el verdadero nacimiento de Julia Roberts, con 23 años recién cumplidos y casi si saber la que le venía encima. Después llegarían Durmiendo con su enemigo, La boda de mi mejor amigo y Novia a la fuga; largometrajes que le concedieron el título de la novia de América. Y, con aquellas películas, eventos, fiestas, alfombras rojas, desfiles... Todo lo que Roberts necesitaba para convertirse en un hito de Hollywood. Y consciente de su influencia, decidió tomar partido en la lucha social, dejando a la luz su activismo por causas como la igualdad entre hombres y mujeres. De hecho, fue con el estreno de Notting Hill que Julia Roberts protagonizó una de las imágenes más famosas de la historia del cine, al acudir con las axilas sin depilar.

Cada vez que el nombre de Julia Roberts aparecía en el cartel de una nueva película las salas de cine se llenaban. No hay quien no recuerde, fotograma a fotograma, cada ocasión en la que la actriz sonrió en la gran pantalla. Y es que, aquella década dorada de la novia de Hollywood no pudo acabar de otra menra que con un Oscar a mejor actriz en el año 2000, gracias a su interpretación en la película Erin Brokovich. En aquel momento, pasó a ser la intérprete femenina mejor pagada del momento, y no fue superada por otra compañera hasta el año 2009, cuando Sandra Bullock le arrebató el puesto.

Julia Roberts supuso un antes y un después en el cine americano. Elevó al máximo el romance en la gran pantalla, creó un nuevo concepto de comedia romántica y fue capaz de ser fuente de inspiración no solo para cineastas sino también para artistsa, fotógrafos y diseñadores.

Lo que hace 27 años nadie imaginaba era que un empresario gallego, que empezó vendiendo batas en una pequeña tienda familiar, crearía un imperio textil sin precedentes, hasta llegar a competir con Bill Gates por el puesto de hombre más rico del mundo. Y que, de repente, en la colección para el otoño/invierno de 2017, todos los looks de su niña mimada, a la que llamó Zara, parecerían estar sacados de cualquiera de las películas de Julia Roberts de los 90. Y no, no hace falta que vayáis como locos a bucear en su página web, porque hemos hecho todas las comparativas para que, hasta los más escépticos, den fé del increíble fenómeno que siguen provocando Roberts y todo lo que ella representa.