Marilyn Monroe cumpliría 97 años: las mejores fotos del álbum (cinéfilo) de una leyenda
Repasamos en 36 imágenes algunos de sus mejores momentos en el cine y los retratos que confirman por qué esta géminis es una de las actrices más recordadas del celuloide.
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La vida de Norma Jane Baker fue de todo menos fácil. Llegó al mundo el 1 de junio de 1926, hija de una madre con problemas mentales y un padre desconocido, de quien nunca llegó a conocer su identidad. Con este aterrizaje, mucho deberían haber cambiado las cosas para que su vida no estuviera marcada por la depresión y las inseguridades. Sin embargo, ese cambio nunca se produjo. Los primeros años de su infancia los pasó con un matrimonio amigo de su madre hasta que a los seis años volvió a vivir con ella.
La infancia dura continuó con una adolescencia complicada marcada por los continuos ingresos de su madre en centros psiquiátricos y por una pobreza que la llevó a dejar sus estudios para empezar a trabajar en una fábrica con solo 16 años. A su madre, por cierto, le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide que durante años la actriz pensaba que había heredado.
Fue durante la etapa de su trabajo en la fábrica cuando, tras casarse con su primer marido en 1942, un mecánico de aviones llamado James Dougherty, fue descubierta como modelo por un fotógrafo. Así comenzó su andadura ante las cámaras. Un camino lleno de obstáculos porque la industria tardó en tomarse en serio que era algo más que una cara bonita con un encanto embriagador.
Fue en 1947 cuando la 20th Century Fox le ofreció su primer contrato como actriz de reparto. Ahí comenzaría su relación de amor-odio con la gran pantalla. Y ahí fue cuando se despediría de su castaño natural y su nombre para convertirse en el mito de pelo rubio llamado Marilyn Monroe.
Con numerosas películas a sus espaldas, dos matrimonios fallidos (en 1954 con DiMaggio y en 1956 con Arthur Miller), una delicada estabilidad emocional, una relación extraña con John F. Kennedy (a día de hoy con más sombras que luces) y una constante lucha por demostrar que su talento iba más allá de un físico despampanante, la alegría y el desparpajo de Marylin se fueron consumiendo al tiempo que crecía su éxito.
La mujer de Con faldas y a lo loco, Ellos las prefieren rubias o Vidas rebeldes murió en extrañas circunstancias un 5 de agosto de 1962, a causa de una sobredosis de barbitúricos en su casa de Brentwood, California.
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