De cómo Lady Gaga vuelve a ser Lady Gaga
Entre la sofisticación y la extravagancia, lady Gaga cumple 30 años. Repasamos la evolución de su estilo.
Cantante, actriz, compositora, diseñadora de moda, bailarina y activista, la polifacética Lady Gaga no tiene suficiente con su extenso currículum –que ya de que hablar– si no que ha creado marca propia gracias a su peculiar estilo de vestir. Desde que lograra la fama mundial tras su álbum The Fame –y nunca mejor dicho– e hiciera bailar a medio mundo con sus temas de música dance/electrónica como Poker Face o Telephone –hola Beyoncé, aún recordamos ese ojo ahumado en púrpura– Lady Gaga ha creado una imagen propia que potencia en cada uno de sus estilismos hasta un peligroso lugar entre la teatralidad y el absurdo. En ocasiones cruza la frontera y en otras ejerce de equilibrista en ella. Su personaje no solo es palpable sobre el escenario y la calle suele sacar su lado más extravagante a través de planetas en la cabeza, plumas por el cuerpo y unas medias roídas en las piernas si sus monsters así lo requieren. Últimamente parecía que la extravagancia de 2008 quedaba cada vez más atrás, y que la elegancia era el adjetivo que la describiría en este 2015, pero como si la primavera le hubiera alterado el flujo sanguíneo, Lady Gaga vuelve a ser Lady Gaga... porque realmente nunca se fue.
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