Diarios de alfombra roja: La metamorfosis de Julia Roberts

Julia Roberts ya era la novia de América en 1992, tras su papel en Pretty Woman. Con un estilo poco definido, su sonrisa era el mejor accesorio.

El negro es sin duda, su color fetiche. Sin estridencias ni demasiados adornos, la actriz norteamericana se deja llevar por la sencillez dentro de la alfombra roja.

De nuevo, el negro es protagonista con un chal tan noventero como el moño que lleva la actriz en 1995.

Aunque no lo parezca es Julia Roberts, con un vestido lleno de bordados florales. Corte ligeramente ceñido, tirante fino y escote sobrio. La actriz fiel a su estilo, posa bien acompañada.

No es 1992, es 1998 con un estilismo muy parecido. Top básico, falda lápiz con detalles bordados... Nadie no puede dudar que era a finales de los 90.

Posiblemente, uno de los vestidos más reconocidos de la actriz. En paillettes de color rojo, fue su elección para la premiere de la siempre romántica Notting Hill.

En rojo, de nuevo, a juego con la alfombra roja de los Glovos de Oro. Estilo sobrio, en clave minimal, para comenzar el 2000 bien acompañada –de nuevo–.

Top y pantalón negro y abrigo bordado, así era el estilo ecléctico de la actriz en el año 2001.

Si un vestido que encumbró a lo más alto a la actriz fue este Valentino, en negro ribeteado en blanco, que llevó a los Oscar de 2001. Uno de los más elegantes del historial estilístico de la gran noche del cine.

De nuevo el negro es protagonista de un estilismo complicado de definir, pero tan de 2002. La actriz, rubia en este caso, ha ido modificando su melena con el paso de los años.

Una de las prendas que pocas veces falla en el armario de la actriz es el traje de chaqueta, que se enfunda siempre que puede en las noches de alfombra roja.

Femenino, satinado y en color rosa cuarzo, una de esas veces en las que Julia Roberts se deja seducir con vestidos más allá de la sencillez. Y es que un día es un día.

De nuevo, oda al negro y a la elegancia con este vestido que no necesitaba más, y que la actriz llevó en el año 2006.

Un little black dress en corte recto, o como asegurarse e ir correcta a una alfombra roja.

Acompañando a Giorgio Armani, con un vestido en color champagne.

De nuevo el traje de chaqueta, el chaleco salvavidas en noches de cine en las que no sabes que ponerte.

La actriz, de nuevo rubia, de nuevo sonriendo, fiel a su estilo sencillo. A veces no es necesario dejarse llevar por las tendencias. Julia nunca lo ha hecho.

Vestido camisero con puños y cuello en blanco, zapatos de tacón negro... Y como peinado, sus grandes ondas marca de la casa.

El rojo pocas veces falla. Y ha habido más ocasiones en las que Julia ha recurrido a él. Esta vez, en vestido corto, con detalles bordados y un semirrecogido informal.

Hay ocasiones en las que piensas 'arriesgar y ganar', y con este mono en color fresa, Julia podría haber pensado –seguramente– lo mismo. Fue en los Oscar de 2014.