Cher, 20 veces copiada por Kim Kardashian
Cher cumple 71 años rodeada del mayor fanatismo hacia su inmortal persona, marca, estilo y ente intergaláctico. ¿El nombre del fan? Kim Kardashian West.
“Do you believe in life after love?”, le preguntaron a Kim Kardashian. “No, yo sólo creo en Cher”, respondió ella.
Mucho se ha hablado del cambio de estilo radical de la mayor estrella salida de un reality show, desde su matrimonio con el rapero venido a más Kanye West. Ella, de pasado con estilo hortera americana hipersexualizada; él, fiel enviado de ‘Yeezus’ a las pasarelas. Si hasta Amancio Ortega lo plagiaba en sus perchas de Zara, ¿cómo no lo iba a hacer la propia Kim?
Que los líderes de su séquito tengan los nombres de Olivier Rousteing –de Balmain– o Riccardo Tisci –hasta hace nada al mando de Givenchy– también ayudan a flotar a este insumergible barco. Pero, siempre hay un pero. Resulta que Kim a quien de verdad estaba imitando, su mayor referente en la vida y ente al que donaría un riñón no es otro que la mismísima Cher.
Kim Kardashian no necesita estilistas, sólo conectarse a Google Imágenes desde su iPhone 7 y escribir juntas cuatro legendarias letras: 'Cher’. No sin antes sentirse amenazada por dos importantes lemas: “Si vas a imitar a Cher, zor**, más te vale que lo hagas bien” o “Imitar a mi madre es de primer curso de ‘drag’”. Dos consejos de vida que todo ser adicto a los reveses del RuPaul’s Drag Race más excéntrico debe saber, pues vienen del propio Chaz Bono –su hijo transexual para quien haya habitado en una cueva blindada durante la última década– que lo repite cada vez que lo invitan al cortijo.
Tendemos a pensar que los fanatismos extremos hacia las celebridades son fantasías exclusivas de los mortales, sin olvidarnos que esas estrellas idolatradas también son humanas y comparten nuestras mismas taras. Y la mayor imitadora de Cher resultó ser su propia vecina del barrio de Calabasas: Kim Kardashian West. Aquí, 20 pruebas del delito.
VER VÍDEO
El minivestido de flores de Beatriz de York
Carmen Lomana sabe cómo llevar el 'animal print'
Eugenia Martínez de Irujo: 'La maja vestida'
Los herederos de la elegancia de Mónaco