Cuando hablamos de vestidos de princesa nuestra mente los relaciona, directamente, con el estilismo propio de Cenicienta: tul en cantidades industriales, brillo, colores pastel, cristal (a poder ser Swarovski) y joyas por todas partes. Sin embargo, Blake Lively ha lucido un diseño perteneciente a esta categoría en los últimos días que poco tiene que ver con esa descripción. Se trata de un diseño de Chanel que Karl Lagerfeld presentó durante la semana de la alta costura de París en 2007 y que, ahora, la actriz ha recuperado.
Blake Lively escogió este Chanel alta costura para cerrar un día estilísticamente frenético en el que llegó a lucir hasta siete looks diferentes. Para la noche, se decantó por este diseño que combinó con sandalias plateadas y bolso de mano también de Chanel. A última hora, culminó el estilismo con un abrigo blanco hasta los pies que colocó sobre sus hombros.
El estilismo es perfecto, impoluto; pero, ¿qué tiene que ver con los vestidos de princesa?, os preguntaréis. Pues bien, la cuestión es que Blake Lively no es la primera (ni probablemente será la última) en lucir esta pieza de alta costura de Chanel, sino que este se ha convertido en uno de los diseños favoritos de la dinastía de Mónaco.
El mismo año en que Karl Lagerfeld diseñó este vestido y lo presentó en la alta costura de París, Carolina de Monaco lo llevó, meses después, para el famoso Baile de la Rosa. Y no ha sido la única de la familia real de Mónaco en vestir esta pieza, ya que Beatrice Borromeo, actual mujer de Pierre Casiraghi, también llevó este vestido el pasado mes de abril. Tres mujeres, tres iconos de estilo y un mismo vestido. Ave, Chanel.