'Buffy Cazavampiros': todos los factores que crearon un icono contra lo cursi

La actriz Sarah Michelle Gellar se hizo reconocida a nivel mundial por su papel de Buffy Summers. Buffy, vivo icono de los 90, reunía frente al televisor a seis millones de personas. El negro era uno de los colores fetiche.

Y el negro no solo era uno de sus colores favoritos, también la alfombra roja, posando con su papel real. Minimalisto noventero a base de vestidos oscuros.

¿Había un uniforme más sexy para cazar vampiros? Por parte de Buffy, no.

Los escotes en V eran prominentes dentro y fuera de los focos, la sencillez era palpable en los estilismos de la actriz allá por 1997.

El violeta y los tonos pasteles eran algunos de los elegidos por los estilistas de la serie, aunque eso sí, acompañados por prendas que la encumbraban como una súper heroína.

De nuevo el negro es protagonista, convirtiéndose en el tono predilecto tanto de la actriz como del papel.

Los tops y los pantalones configuraban el estilismo más básico de la actriz, que aderezaba con zapatos de tacón y en diferentes colores.

De nuevo el negro, protagonista. Porque es una serie de vampiros, ¿no?

¿Es la melena de Buffy Cazavampiros casi tan icónica como la de Rachel de Friends?

¿Y fuera de la serie? Un toque más sexy... Arriba el animal print y un top lencero. Porque por algo estamos en los 90.

La serie se ambientaba en Los Ángeles, y el estilo relajado de la ciudad también se palpa en los estilismos de los actores y sus personajes. Las faldas también estaban presentes en algunos de los momentos de la serie, aunque para la lucha... Mejor los pantalones.

Los tonos tierra eran tan de los 90, que no podía faltar en una serie icónica de esta década.

Blanco impoluto con toque minimalista, pero las cursilerías no son para Sarah Michelle Gellar...

La temática oscura de la serie se palpaba en muchos estilismos, pero al fin y al cabo Buffy era luz, y eso se podía sentir en algunos estilismos más coloreados.

Fuera de la gran pantalla la actriz también dejó estilismos para no olvidar, como este en azul añil y corte minimal que lució en 1997.

Icono de la época, la imagen de Sarah Michelle no era sexy, pero no demasiado. El equilibrio perfecto para ser toda una revolución de la época.

El negro, una vez más, gana la partida, aunque esta vez sobre la alfombra roja. Negro en las prendas, negro en los accesorios...

Y negro también denro de la serie, en una de las prendas icónicas de la protagonista de Buffy Cazavampiros: los tops.

Los colores no eran para la serie, excepto para estilismos más sencillos donde las flores se dejaban asomar en alguna falda. El coral, por ejemplo, mejor para eventos de postín.

La melena de Sarah Michelle Gellar era icónica, y apenas sufrió modificaciones. ¿Quién no quiso llevar alguna vez el rubio de la protagonista?