Brigitte Macron, una primera dama que apoya la moda, sin complejos

Brigitte Macron no es una primera dama al uso. Fuerte de convicciones y segura de sí misma, ha dejado claro desde el primer día del mandato de su marido que no va a cambiar su forma de hacer y mucho menos de vestir. Le gusta la moda y las tendencias y por ello, no pierde ninguna oportunidad para mostrar su apoyo público a las maison francesas.

En plena semana de la Alta Costura, Macron ha acudido junto a Delphine Arnault, vicepresidenta ejecutiva de Louis Vuitton y heredera del imperio LVMH, al cóctel de la exposición que rinde homenaje a los 70 años de la creación de firma francesa. Arnault forma parte del círculo íntimo de Brigitte desde 2014 y es una de sus consejeras. Una relación que no pasa desapercibida ya que, gracias a ella, Brigitte Macron es, desde el punto de vista del estilo, una de las primeras damas más fashionistas. A este acto, por ejmeplo, ha acudido con uno de los must de su armario, la blazer gris con la que fue a votar el día de la primera ronda electoral.

A diferencia de otras esposas de mandatarios internacionales, a Macron no le importa que la vean acudiendo a desfiles o luciendo logos de una u otra marca. Sus bolsos pertenecen a ese grupo de firmas de lujo que marcan las tendencias, algo que ella no se molesta en disimular ni ocultar. Los tiene y los enseña, sin más. Entre sus firmas de cabecera triunfan, cómo no, las francesas.

La primera, y con la que Brigitte Macron casi siempre se viste de pies a cabeza (literalmente), es Louis Vuitton (obviamente, la mano de Delphine Arnaut tiene mucho que ver). Junto a ella, Balmain o Yves Saint Laurent dan forma al estilo de una primera dama convertida en abanderada orgullosa del estilo francés, así como consciente de la importancia de la industria de la moda.