De genética y amor. La historia de Ryan Reynolds y Blake Lively en 20 imágenes

Corren tiempos aciagos para las relaciones sentimentales en la meca del cine, pero dos guapos (de manual y por derecho) resisten estoicos bajo el paraguas del amor. Más de un lustro juntos y un par de retoños avalan esta unión que se solidifica entre estrenos y apariciones en alfombras rojas. Blake Lively y Ryan Reynolds dan vida al cuento dorado de las celebrities que se convierten en parejas, y aguantan.

La historia de amor empezó así, en pleno mes de julio de 2010 y con la presentación de Literna Verde como telón de fondo, fue entonces cuando empezaron a saltar las alarmas (claro que entonces él aun era el marido de Scarlett Johansson y ella la novia de Dan, Penn Badgley). Para el fin de año tanto el uno como la otra habían puesto fin a sus respectivas relaciones, y un compás de espera –casi reglamentario en estos menesteres– marcó los puntos suspensivos, mientras él explicaba las claves del divorcio y ella paseaba por Europa con Leonardo Dicaprio. Pero con la presentación de Literna Verda a las puertas del Teatro Chino de Hollywood empezaron a sonar los tam-tams del amorío: entre Blake y Ryan había algo más que química profesional.

Dos visitas pusieron negro sobre blanco: la primera en Boston, en mitad del rodaje de R.I.P.D. Blake acudió a visitar al actor justo el fin de semana de su cumpleaños. La segunda –también en Boston y aprovechando los tiempos muertos que le permitía el final de Gossip Girl– con la dulce rubia californiana de paseo con los perros de ambos. Blanco y en botella. Pero la campanada (y necesaria confirmación) llegó en diciembre de 2011. Aprovechando las vacaciones de Navidad la pareja fue pillada paseando de la mano por las calles de Vancouver. La primavera de 2012 les pilló con continuas escapadas románticas, ya fuera a la casa que Ryan tiene en las cercanías de Nueva Orleans, ya de vuelta a Canadá junto a la familia de Ryan. Marchando todo a velocidad de crucero, la pareja se dio en "sí quiero·" en septiembre de 2012.

Tiene cierta guasa –no exenta de su correspondiente dosis de incredulidad– que Blake Lively alegara a Lucky Magazine la influencia de su marido como valedor de su pluscuamperfecto armario. Pero queda perdonado; cosas del amor. Y del arranque de 2014 rescatamos dos imagen para el recuerdo: su paseo por la alfombra roja de Cannes vestida de Gucci Première (si las elecciones de los vestido de Blake son cosa de Ryan, no le iría nada mal al chico en el mundo de la moda) y el posado en la escalinata del Met. Una pareja made in Hollywood en estado puro. Y ya en octubre anunciaron la buena nueva: estaban esperando su primer retoño, que vino al Mundo en diciembre de 2014; una niña llamada James. Sabemos desde abril que van a dar una hermanita a James, pero mientras quedamos a la espera de más imágenes tiernas que ilustren esta historia de amor por capítulos.