H&M y Balmain: la gran noche de #HMBALMAINATION

Si a un chico tímido de los 90 al que le gustaba la moda, que iba en el metro escuchando música mientras soñaba con poder costearse la ropa de los vídeoclips que veía sin parar, le hubieran pedido que diseñara el lanzamiento perfecto para una colección, hubiera hecho exactamente lo que hizo ayer Rousting, incluidas las 3 Canciones de unos, talluditos aunque todavía sincronizados, Backstreet Boys.

Rousting dijo en la rueda de prensa que era un sueño hecho realidad el poder diseñar esta colección porque él mismo había esperado colas por lanzamientos anteriores de H&M y que quería que cualquier chico pudiera acceder a piezas Balmain que de otra manera sería imposible. Puede que ambas cosas se juntaran ayer en la fiesta-presentación-desfile que parecía la realización de un deseo de un adolescente de los 90.

En Wall Street, frente a la bolsa y sus seriedades, se juntó toda la tropa Balmain con la BSO de los 90 y la escenografía de la MTV (y 1000 invitados). Kendall a la cabeza, Gigi, Jordan... Pero no sólo ellas, una larguísima fila de vips pasaron por un photocall en el que se podían ver las piezas de la colección. Alexa Chung, Diane Krugher, Kylie Jenner, Sara Sampaio... En vivo ganan, las piezas claro. Aguantan con dignidad la embestida de la moda más democrática. H&M sabe elegir sus diseñadores pero les deja espacio, y los tejidos y las prendas son suntuosos, ornamentados, y con buen corte. Respiran Balmain aunque también es verdad que algunas están lejos de la franja habitual del gigante sueco. Las chaquetas sastre (tanto para ellas como para ellos) fueron muy perseguidas. Y por supuesto la clásica camiseta con el nombre de la casa francesa eso sí, con Balmain Nueva York, en vez del mítico París.

Nunca es fácil saber si una colección de estas arrasará en la calle, porque lo que dentro de la industria es un bestseller en las tiendas puede pasar sin pena ni gloria. Pero viendo ayer los bolsones que periodistas, súper modelos y celebs arrastraban ( y pagaban) en las cajas de la improvisada pop up store en los sótanos de Wall Street, les auguramos un futuro corto y exitoso en los escaparates este noviembre. Quizá la democratización de la moda también sea eso, ver a Alessandra Ambrosio hacer cola para pagar por una pieza de Balmain para H&M.