La sostenibilidad está cada vez más presentes en los armarios de la realeza europea, pero si hay una reina que se ha encargado de hacer de ella una de las guías de su estilo esa es Mary de Dinamarca. La monarca danesa no se conforma con repetir en más de una ocasiones las prendas más básicas de su armario, sino que a menudo transforma algunos de sus vestidos de gala, esas piezas que más raramente repiten. Lo demostró en junio del año pasado transformando un precioso vestido de Max Mara con cuello redondo que cambió por un cuello en V. Y ahora ha hecho lo propio con un diseño dorado del creador danés Jesper Høvring.

Se trata de un vestido que la reina estrenó en 2017. De cuerpo entallado, con cuello redondo, manga corta, y falda de silueta princesa, Mary lo lució con una capa en color burdeos el día de su estrenó, y repitió poco después sin la capa, cambiando solo los complementos. Cinco años después, para el Jubileo de la reina Margarita, Mary de Dinamarca lo recuperó, transformándolo radicalmente al cambiar el cuello redondo por un escote barco y superpuso una capa de encaje negro.

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Mary de Dinamarca en el Jubileo de la reina Margarita en 2022.

Y ahora ha vuelto a lucirlo, en su recién estrenada etapa como reina, con un top nude con pedrería de flores en color burdeos de Jesper Høvring. Una nueva transformación de este vestido que ha sido la elección perfecta para combinar con las joyas: la tiara de rubíes que perteneció a la reina Ingrid de Suecia, madre de la reina emérita Margarita, nacida como princesa de Suecia, y por lo tanto tía del actual monarca, Carlos Gustavo.

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La tiara perteneció a Désirée Clary, quien fue novia de Napoléon hasta que este la abandonó por Josefina. Ella terminaría casándose con el general Bernadotte, que acabó siendo rey de Suecia. La joya paso a formar parte del joyero de la reina Josefina de Suecia y Noruega, y su nieta, la princesa Luisa, la heredó, viajando de la casa real sueca a la danesa. Fue, durante muchos años, la joya favorita de la reina Ingrid, y esta se la dejó en herencia a su nieto, Federico de Dinamarca, para que la luciera su esposa.

Desde entonces, Mary de Dinamarca ha sido fiel a esta tiara, que cuenta con pendientes, broche, collar, brazalete y anillo, y con la que la reina danesa ha hecho un guiño a los lazos familiares que unen a ambas casas reales.