Los mejores paseos en tranvías del mundo
Montarse en ellos es mucho más que desplazarse por la ciudad. El sin par traqueteo nos transporta, casi sin darnos cuenta, a otra época.
El siglo XIX fue el del tranvía, tanto de su creación, durante la primera mitad del siglo, como de su popularización y extensión por todo el planeta. Primero, con tracción animal, para, ya en las últimas décadas, pasar a ser un medio de transporte eléctrico. Un éxito que no dejó de crecer durante décadas, siendo el sistema estrella del periodo de Entreguerras, para casi abruptamente, desaparecer ante el desarrollo imparable de los autobuses y el acceso sencillo a un vehículo propio.
Sin embargo, precisamente porque desaparecieron prácticamente de todas las ciudades, los pocos que quedan, e incluso los que se recuperaron anecdóticamente para recorrer pequeños tramos en las últimas décadas, cuentan con un encanto especial. Montar en ellos permite, especialmente si estamos de vacaciones, sentirnos como si también hubiéramos viajado en el tiempo, transportados a aquellas décadas en las que el ajetreo en torno a sus puertas era igual al que ahora vemos en los vagones de metro.
Subirse a estos tranvías seleccionados es mucho más que una buena idea. Todo ellos ofrecen la oportunidad de convertir el paseo en una experiencia inolvidable.
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