Cádiz: la guía definitiva para visitar la ciudad en 48 horas
Basta con acercarse un día soleado al parque Genovés, junto al Atlántico, y respirar el aroma a mar viendo la inmensidad azul frente a nosotros para caer rendido a la ciudad milenaria. Pero, ya que tenemos la suerte de estar en Cádiz, qué mejor que disfrutar todo un fin de semana allí.
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En apenas 12,1 kilómetros cuadrados, los únicos que han permitido una geografía caprichosa, se reúnen cualidades suficientes como para que todos los apelativos que ha recibido la ciudad cobren sentido a un tiempo: Tacita de Plata, Sirena del océano (Lord Byron), Perla de Andalucía... Ahora en verano, una escapada de varios días o un fin de semana en la ciudad se salpica de lirismo, y no solo en Carnaval, cuando las afiladas letras de sus chirigotas, coros y comparsas inundan las calles.
Qué ver en Cádiz
El mejor modo de abarcar Cádiz si solo podemos estar allí dos días es comenzando, precisamente, por el remate de la misma: su punta. Allí nos esperan los dos castillos que defienden la ciudad. El más conocido es la fortaleza de San Sebastián, un islote conectado por un estrecho camino que se levantó en 1706 donde marineros venecianos construyeron una ermita tres siglos antes. James Bond en 'Muere otro día' o el Capitán Alatriste lo inmortalizaron para la 'gran pantalla'. Justo enfrente, el de Santa Catalina, ordenado por Felipe II y que pasaría a ser prisión militar de élite en 1769.
Un chapuzón en el Atlántico
Entre medias, el primer rincón al que todo gaditano va justo antes de abandonar la ciudad por un gran periodo de tiempo: la emblemática playa de La Caleta. Antiguo puerto natural de la ciudad, es la más pequeña de las que hay en Cádiz capital y fuente de inspiración de poetas locales y foráneos. Claro que, si lo que buscamos es un chapuzón, nuestro destino está al sur, en 'la Avenida'. Allí encontramos la playa de La Victoria, de las mejores de Andalucía en un entorno urbano. De hecho, si no fuera porque basta un pequeño paseo en coche para llegar a los arenales vírgenes de la costa de la Luz, esta sería mucho más conocida de lo que es.
Con casi cuatro kilómetros de largo, 'la Avenida' es la que vertebra todo el Cádiz moderno, con una infraestructura de trenes de Cercanías soterrada que permite moverse como si se trata de un metro suburbano. Paralelo a su lado, un paseo marítimo que inunda de luz la ciudad. Sin embargo, desmerece ante la posibilidad de recorrer el perímetro del casco antiguo, especialmente en Campo del Sur, la avenida que separa el Atlántico de la Catedral, quizás la estampa más representativa de la ciudad.
Paseos con sabor por la historia
Aunque la comunión entre Cádiz y el océano es innegable, no todo se desarrolla con vistas al Atlántico. Nada mejor que pasear por sus callejuelas, las de los barrios carnavaleros de La Viña o El Mentidero, para acercarse a su gastronomía. Tabernas y tabancos se suceden ofreciendo tapas y raciones de lo mejor de toda la provincia: chicharrones, tortillitas de camarones, vinos de Jerez, aceitunas y zanahoria aliñás, papas aliñás... Y cocederos de mariscos y freidurías en los que llorar de gusto ante un buen papelón de chocos fritos, puntillitas, cazón en adobo, langostinos de Sanlúcar, bocas...
Y entre tapa y tapa, que no falten paseos por plazas como la de San Juan de Dios, del siglo XV y ganada al mar. Allí está el Ayuntamiento, un edificio monumental separado de la Catedral por sinuosas callejuelas. Esta última, consagrada en 1838, alberga las tumbas de Manuel de Falla y José María Pemán. Merece la pena entrar al Museo Catedralicio y subir a la Torre de Poniente para admirar las vistas.
No es el único espacio expositivo interesante. Junto al baluarte de San Roque, las murallas y las famosas Puertas de Tierra, la división entre el Cádiz histórico y el ensanche moderno, están el Museo Taller Litográfico y el Museo Iberoamericano del Títere.
De vuelta al centro, un buen plan es dirigirse a la torre Tavira, de 45 m. y antigua vigía oficial de la ciudad. Es de 1778 y hoy alberga una cámara oscura con un divertido juego de lentes y espejos. A pocos pasos, la historia de España vuelve a requerir nuestra atención: el Oratorio de San Felipe Neri, con planta elíptica, fue sede de las Cortes que aprobaron la Constitución de 1812, acontecimiento que honra el nuevo y espectacular puente de acceso a la ciudad. Es un buen remate cultural antes de dar rienda suelta a las compras en la calle Ancha, la más tradicional para estos menesteres.
Cenar en los restaurantes del barrio de pescadores, junto a La Caleta; en el afamado El Faro de Cádiz o en los tabancos de La Viña; con o sin parada en el Teatro Falla de por medio; son buenos modos de finalizar la jornada. Al día siguiente, el tiempo y el viento nos dirá si volver a la playa, al centro histórico o, simplemente, a sentarnos plácidamente a charlar con los gaditanos y disfrutar, sin prisas, como en La Habana.
Dónde comer en Cádiz
- Tabanco El rincón de Lola. C/ García Carrera, 31.
- Freiduría Las Flores. Pza. Las Flores, 4. Bar Bahía. Avda. Ramón de Carranza, 29.
Dónde dormir en Cádiz
- Hotel Playa Victoria. Pza. Ingenierio La Cierva, 4.
- Senator Cádiz Spa Hotel. Rubio y Díaz, 1.
- Parador de Cádiz. Avda. Duque de Nájera, 9.
Cómo llegar a Cádiz
La ciudad se encuentra bien conectada por tren con Madrid y Barcelona. Además, los que lleguen al aeropuerto de Jerez tienen Cercanías desde el propio aeropuerto al centro de cádiz.
Más información: Turismo de Cádiz.
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