Ante la duda pregúntale a Google. Nadie mejor que el buscador entre buscadores para sacarnos de la incertidumbre. Y según Google, la búsqueda de ‘solo travel ideas’ (es decir, ideas para viajar solo) ha aumentado en un 50% desde 2013 hasta 2014. Y todo apunta a que no va a decrecer. Ya lo avisó The New York Times – toda una institución en la búsqueda de tendencias- en un artículo publicado en el año 2007 que llevaba por título ‘Uno ya no es el número más solitario’. Aunque la humanidad todavía no estaba preparada para esta moda que en el mundo real se ha retrasado unos años. La primera culpable, sin duda, fue la crisis. Pero como apuntaban en aquel artículo, otra de las razones por las que el turismo en solitario no terminaba de despegar era por estar limitado a packs vacacionales en los que te lanzaban a la aventura con un grupo de desconocidos que, en infinidad de ocasiones, se catalogaban como singles y en la mayoría de las agencias el gancho principal era aquel de encontrar al amor de tu vida. Las tornas (por fin) han cambiado.

El auge del viajero solitario

Si en el año 2013 tan solo el 15 por ciento de los viajeros se atrevían a irse por su cuenta, en el año 2015 el número ha ascendido al 24 por ciento según el estudio Visa Global Intentions Study, realizado a través de veinticinco países. Conforme aumenta la tendencia, aumenta también la oferta. Con un rápido paseo por Google podemos encontrar páginas especializadas en viajes en solitario: desde ViajarSolo hasta Yporquenosolo, pasando por webs como Womviajes que ofrece viajes específicamente destinados al público femenino.

Estos llaneros solitarios no son siempre personas solteras, al contrario, muchos son personas casadas o en una relación que viajan solos por cuestión de horarios –no poder compaginar sus vacaciones con la de su pareja- o porque están interesados en un tipo de escapada específica: desde viajes para realizar submarinismo, senderismo o practicar golf durante una semana.

La tendencia tiene unas causas: en la actualidad, cada vez es más complicado acoplar vacaciones. No ya con una pareja, si estás soltera también es difícil encontrar esas dos semanas en agosto en las que todas tus amigas tienen libertad. Y encontrarla es tan solo el principio, después es cuestión de gustos: hay a quien le apetecen dos semanas de lectura y playa y quien busca emociones fuertes, quien quiere pasarse dos semanas con un daikiri en la mano y quien quiere estar en contacto con la naturaleza. Si a esto añadimos las posibilidades económicas de cada viajera, el asunto se torna (aun) más difícil.

Junto a esto, no podemos obviar el marcado individualismo imperante en la sociedad en nuestros días, fomentado no ya únicamente por la Generación Yo, sino por todo un cúmulo de estructuras (laborales y sociales) que han favorecido que los seres humanos pasemos cada vez más tiempo solos. La perspectiva de perderte tus vacaciones con las que llevas soñando desde enero por el simple hecho de no tener con quién ir es mucho más aterradora que el estigma de irte por tu cuenta.

Terreno femenino

Otro de los datos revelados sobre tendencias en turismo es que el viajero solitario es el crecimiento de esta forma de viajar entre las mujeres. Según afirman desde Business Insider, Pinterest, una de las mayores galerías globales para descubrir y potenciar ciertas tendencias ha visto un crecimiento desde la pasada primavera de mujeres pineando ideas sobre viajar solas. Y hablamos de un crecimiento del 315%. Lo más curioso de todo es que cambian las razones. Olvídate del “encontrarse a una misma” y otro tipo de razones tan de Come, Reza, Ama. Según los cazadores de tendencias: “Es menos sobre autodescubrimiento y más sobre no querer un compromiso sobre cómo y cuándo deciden viajar”.

Es decir, que esta tendencia trata sobre todo de libertad. Y sinceramente, la palabra libertad es respuesta suficiente a la pregunta sobre por qué no irse sola de vacaciones.