Cuando se trata de la salud de tus hijos, la suciedad es tu aliada. Así lo afirma el director del Centro Microbioma y reconocido profesor de la Universidad de Chicago, Jack Gilbert, uno de los defensores de la exposición a los gérmenes desde la más tierna infancia. "Los padres tienden a sobre-esterilizar el entorno de sus hijos porque no entienden que la suciedad pueda ser beneficiosa para ellos", explica. Sin embargo, el experto asegura que estas situaciones ayudan a mejorar el sistema inmunitario de los más pequeños.

Esta idea, recogida en el libro en el que es coautor con Rob Knight 'La suciedad es buena: la ventaja de los gérmenes para el desarrollo del sistema inmunológico de su hijo' echa por tierra todo lo que un padre entendía hasta entonces por 'higiénico'. Por no hablar del quebradero de cabeza que puede significar esta situación para los más maniáticos de la limpieza. "Obviamente, por ejemplo, la carne cruda debe ser tratada cuidadosamente. Pero en una casa donde nadie está enfermo, prácticamente no hay riesgo alguno para la salud de los niños. Gracias a las vacunas y al saneamiento general nuestros hogares son extremadamente seguros", explica el experto.

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Es decir, la próxima vez que un perro se acerque a lamer a tu hijo, no tienes por qué correr a separarlos. Pero si bien es cierto que hay límites que no se deben sobrepasar cuando se trata de preservar la salud, a menudo los padres tienden a sobreproteger a los niños creyendo que alejándolos de los microbios evitarán que se vean afectados por ellos. Sin embargo, los expertos advierten que este comportamiento puede debilitar la respuesta inmunológica de su organismo a las amenazas externas. "El sistema inmunológico de nuestros antepasados fue reforzado por una multitud de interacciones microbianas", argumenta Gilbert.

"La regla de los cinco segundos debe ser desenmascarada"

Al parecer, la conocida regla de los cinco segundos, que no es más que contar hasta cinco cuando se cae un alimento al suelo como límite para poder volver a cogerlo como si nada hubiese ocurrido, no es cierta, aunque tiene sentido. Según el experto, cuando, por ejemplo, una rebanada untada con mantequilla se nos cae de las manos, los microbios solo necesitan unos milisegundos para adherirse a ella. Por lo tanto, cuando dijésemos la palabra 'cinco', ya habría todo un ejército de ellos sobre nuestra tostada. No obstante, "en los hogares modernos es casi imposible que esta caiga en un lugar con patógenos peligrosos", asegura Gilbert. "Deja que tus hijos jueguen con los animales o que coman en el suelo, ¡la suciedad es buena!", añade.