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A veces es tan difícil saber cuándo una pareja ha tocado fondo, que nos perdemos en mil excusas. Sobre todo, cuando esas dos personas llevan juntas mucho tiempo, cuando han pasado por tantas etapas que ya han perdido la cuenta de las veces que han salvado su relación. No hay nada concreto, no hay infidelidad, ni traición, sólo desgaste. Y el desgaste puede despistar, porque a veces quizá sea reversible, pero otras no hay vuelta atrás. Aunque nos resistamos a aceptarlo, aunque nos cueste ver ese fin y romper con algo que quizá lleve ya demasiado en tiempo de descuento.

Le puedes dar mil vueltas para luego volverte a hartar, con el piloto automático puesto que tanto se puede desarrollar en una relación larga. Está la rutina, que nos atrapa y nos despista. Está el aburrimiento, que también nos lía. Pero hay señales, signos que no deberíamos dejar pasar, a los que deberíamos prestar atención si queremos dejar de perder el tiempo. Porque esa, la absurda pérdida de tiempo, de amor y de energía, es al final la clave para ganar el coraje necesario. Tomamos los consejos de los cuatro terapeutas que revelaron en este artículo las señales que deben hacer que al menos te plantees romper con tu pareja:

Te gustan otras personas

Si estuvieras con la persona adecuada, no estarías fantaseando con otras personas. No busques excusas, admítelo. "Si estás pensando constantemente en otras opciones, entonces tu relación no es tan fuerte como crees que es", asegura el terapeuta Jonathan Bennett.

Sientes que no puedes ser tu misma

De alguna manera, sientes que tu pareja no te acepta tal y como eres. En las relaciones saludables las dos partes se respetan pese a que haya ideas o actitudes que no se compartan de la otra persona pero se acepta a la otra parte tal y como.

No sientes paz

Este indicador es la realidad de que la relación no va bien y esto sucede como consecuencia de que las relaciones saludables aportan bienestar, calma y tranquilidad (entre muchas otras cosas).

La comunicación es ausente

Las relaciones, sean del tipo que sean, deben tener la comunicación como pilar fundamental. Una comunicación asertiva o inexistente complica mucho la relación pues de alguna manera, se demuestra a la pareja que no es relevante para ti. Por esta razón, la comunicación es un aspecto que se debe trabajar en el día a día y conviene, en caso de no saber cómo gestionar la situación, dejarse ayudar o guiar por especialistas.

No parece que vaya a mejorar

La cosa se ha puesto realmente mal, sin luz en el horizonte. Un escenario en que la relación mejore es, sencillamente, inimaginable. Es cierto que ninguna pareja es feliz todo el tiempo, pero hay un término medio. "La mejor forma de saber si estás en un callejón sin salida es darte cuenta de que no hay mejoría posible", explica en el mismo artículo la psicóloga Jenny Giblin.

Tú siempre tienes la culpa

Tu pareja rara vez asume la suyas en la relación. Suele echar balones fuera, tú eres la causante de todos los problemas. Pero en una pareja, como en tantas cosas en esta vida, las cruces se hacen de a dos. "Estás en una relación sin salida si tu pareja no quiere que solucionéis juntos los conflictos y te culpa de todo lo malo de la relación", aclara la psicóloga Julienne Derichs. Para la terapeuta, la única manera de que una relación evolucione es solucionar los problemas juntos y que los dos miembros de la pareja estén dispuestos a hacerlo.

No te sientes valorada

Ni valorada ni relevante y eso puede afectar a tu autoestima. Una relación debe trabajarse, requiere compromiso y sacrificio. Cuando la otra persona no dedica el tiempo suficiente (o no dedica tiempo) a estar con su pareja, descuida cualquier tipo de detalle o simplemente no la hace sentirse apreciada, indica que la relación no va bien encaminada.

Tenéis valores muy diferentes

Cuando la visión de vida que se comparte es similar (y/0 compatible), la relación fluye. Por esta razón, es fundamental que, tal y como hemos mencionado anteriormente, la comunicación sea eficaz para saber en todo momento si ambos compartís los mismos ideales y valores de vida.

Sientes que no te hace bien

Existen múltiples factores que indican cuándo una relación no es saludable: no te da paz, no te conviene, no te aporta... Por esta razón, es fundamental saber identificar si esa relación realmente es el reflejo del amor o de la dependencia emocional.

No te permite crecer

Las relaciones, sean de la índole que sean, deben servir para sumar y no para restar; deben ayudarte a crecer y también a desarrollarte como persona, no para limitarte.

Ya no te ves con él para siempre

Antes no albergabas dudas, te veías a su lado toda la vida. Pero ahora ya no, o al menos, ya no estás tan segura de querer pasar el resto de tu existencia junto a él. Y si lo sientes así, probablemente no tengas que hacerlo. "Si crees que no estás con tu media naranja, puede que tengas razón. Habéis luchado por volver a enamoraros, a sentiros más cerca, pero veis que eso no vuelve más", explica la terapeuta Rhonda Milrad. Según esta psicóloga, la sociedad nos condiciona a usar la voz de la razón, pero el instinto es incluso más poderoso de lo que lo que pensamos. Tras una ruptura, todo puede parecer oscuro, pero con el tiempo irás descubriendo cuáles son los beneficios de estar sola y poco a poco volverás a tener las riendas de tu vida.