En el cine los ves más coordinados que las nadadoras del equipo nacional de sincronizada, pero la realidad es tan cruda y torpe como un pato bailando samba. Lencería de saldo, codazos, caídas... El sexo, muchas (pero muchas, muchas) veces, no es tan perfecto como nos cuentan.

Si cada vez que alguien menciona la Matanza de Texas, tú te acuerdas de la cama de Fernando, sabes bien de lo que hablamos. Reivindiquemos la torpeza y la normalidad con este repaso por algunos de esos momentos embarazosos:

-Sexo sangrante
Lo acabamos de decir: Matanza de Texas. Has acabado en la cama con ese chico (ESE hombre) y... ¡sorpresa! Cuando te quieres dar cuenta, ya estás como Carrie en la fiesta de graduación.

-¿Qué hacer? Nada, no te avergüences de algo que es normal en todas las mujeres en edad de procrear. Coméntalo con él, quizá te lleves la segunda sorpresa de la noche y te diga que no le importa en absoluto.

-¿Qué ha sido ese ruido?
Cuando la cosa marcha bien, de tanto meter y sacar, entra aire en los orificios. Y el aire que entra, tiene que salir. Sale sin avisar y, si no tienes confianza con tu pareja, puede ser un momento sonrojante. Para los hombres que aún no lo saben, ya es hora de que descubran esa capacidad sonora extraordinaria de la vagina llamada queefing.

Ojo, que el aire también puede escaparse por el ano. Si le pasa a él, recuerda que también se merece la normalidad que pedirías para tus flatulencias.

-¿Qué hacer? Si quieres comentarlo, adelante. Pero también puedes seguir con lo que estabas, piensa que esto del sonido ambiente es muy habitual, no le des más importancia y sigue disfrutando.

-Bocacartón

Puede ser culpa de los nervios o del alcohol, pero cuando pasa es bastante pesadilla. Estás con él, aún no hay confianza, y tu boca empieza a secarse más que el desierto de Atacama. Te preocupan muchas cosas de esa sequedad extrema. Temes que te huela el aliento y que tu lengua parezca una lija de grano duro.

-¿Qué hacer? Lo más socorrido es tener al lado una botella de agua. También ayuda llevar siempre caramelos de menta. Si te pasa a menudo, puedes tomar té verde y limón unas horas antes de la cita a modo de precaución.

-Para mearse

Muchas mujeres tienen pérdidas de orina durante el acto sexual. A esto se le llama incontinencia urinaria coital.

-¿Qué hacer? Primero, ir siempre al baño antes de entrar en el tema. Hay posturas que van mejor, como ponerse de lado o 'a cuatro patas', ya que no se ejerce tanta presión sobre la vejiga. En cualquier caso, las perdidas de orina hay que consultarlas con un especialista y conviene hacer fisioterapia del suelo pélvico.

-Cabezazos
Esto es un clásico: más que hacer el amor, por momentos parece un combate a muerte súbita. La torpeza es tan grande que os acabáis por dar cabezazos, codazos, dientazos...

-¿Qué hacer? Si la cosa es insoportable, pide hacer un parón. Así no podéis seguir, si no os centráis, mañana acabarás con hematomas hasta en el blanco de los ojos.

-Llamas Manuel a Antonio

Estás ahí, entregada a la causa, cuando de repente un cortocircuito mental hace que le llames por otro nombre.

-¿Qué hacer? Hazte la loca todo lo que puedas. Y si pregunta, le puedes decir que tiene cara de llamarse Antonio Manuel.

-Quedarte dormida
Te has pasado con la bebida. Mientras él se lo toma con calma ahí abajo, estás tan perjudicada, que has acabado por echarte una cabezadita.

-¿Qué hacer? Si te despierta y te pregunta qué demonios te pasa, le puedes decir que tus orgasmos son tan fuertes que te entra la narcolepsia fatal. Si no se lo traga, quizá lo mejor es que le digas la verdad, que estás borracha perdida y que prefieres dejarlo para otro día. Buenas noches.

-Caerte de la cama
No sabes cómo demonio ha pasado, pero tú estabas a topísimo ahí arriba y ahora estás aquí abajo, descoyuntada en el suelo. Este tipo de situaciones suelen darse mucho si la cama es de 90 cm.

-¿Qué hacer? Ríete y deja que te ayude a incorporarte. La próxima vez, mejor en una de matrimonio.

-Vomitar

Has bebido demasiado o has bajado a más profundidad de la sensata y, claro, te han entrado las arcadas. Esta es una de las peores situaciones que se pueden dar, pero no pasa nada, todos somos humanos. Lo que sientes ahora no es nada comparado con la vergüenza y el remordimiento que te comerán mañana, así que intenta quitarle hierro al asunto cuanto antes.

-¿Qué hacer? Nena, es fácil: controla. La próxima vez no bebas tanto ni bajes hasta la descompresión.