Parece sexo, pero no lo es. No se trata de una práctica estrictamente sexual, al menos eso aseguran los que conocen las mieles de la llamada Meditación Orgásmica (OM). También conocida como Oming, esta técnica consiste, básicamente, en que un hombre te estimule el clítoris durante 15 minutos. Llegar al orgasmo es lo de menos; puedes alcanzarlo o no, ese no es el objetivo. La OM busca lograr una desconexión, una especie de éxtasis espiritual, de estabilidad emocional, a través del masaje genital femenino.

Durante ese cuarto de hora en que el hombre (llamado stroker) masajea tu clítoris, se activa el sistema límbico corporal y tu cerebro recibe un subidón de oxitocina. Esos strokers, por cierto, no tienen por qué ser pareja sentimental de las mujeres con las que meditan y todo el proceso se desarrolla siguiendo unas normas cuyo objetivo es separar esa experiencia de la del acto sexual.

La secuencia de una sesión de OM sería la siguiente:

-Durante todo el proceso, las mujeres irán desnudas de cintura para abajo y ellos completamente vestidos.

-El stroker creará el nido, el lugar donde meditarán. Consistirá en una esterilla de yoga y tres cojines convenientemente colados.

-Las luces estarán encendidas.

-Él tendrá a mano un cronómetro, lubricante y una toalla de manos.

-Las sesiones pueden hacerse en grupo o privadas.

-La mujer se tumba boca arriba sobre la esterilla, con las rodillas dobladas. El stroker se sentará a su derecha y utilizará la mano izquierda para estimularla.

-El cronómetro se fija en 13 minutos, porque los dos restantes serán para recuperar la calma.

-El hombre explica a la mujer lo que se dispone a tocar y embadurna de lubricante su dedo índice izquierdo y su pulgar derecho.

-El stroker comenzará el masaje estimulando el cuadrante superior izquierdo del clítoris (punto donde se encuentra una de la mayoresconcentraciones nerviosas del cuerpo femenino) con su índice, con movimientos de arriba abajo.

-La mujer puede pedir cómo quiere ser estimulada y dar instrucciones al stroker.

-Pasado los 13 minutos, él pondrá su mano derecha sobre la izquierda, tapando los genitales de la mujer y presionará con suavidad. Así estará durante los dos últimos minutos.

-Recogerán juntos el nido.

UN CULTO "COMO EL CROSSFIT O EL VIKRAM"

La organización One Taste, pionera en esta práctica, asegura en su web que se trata de un método que "combina el poder de la atención de la meditación con la profunda y humana experiencia del orgasmo". Pero poder disfrutar de la OM con One Taste no está al alcance de todos los bolsillos. Es caro. Una clase de iniciación, por ejemplo, cuesta a partir de 145 dólares. Debido al alto precio y al enganche que muchas de sus adeptas han confesado, algunos medios norteamericanos ya han tachado a esta organización de ser un culto parecido a una secta. Sin embargo, escritoras como Rose Surnow, matizan que sí, que quizá se trate de un culto, igual que lo son el Crossfit o el Vikram, pero no del tipo "di adiós a tu familia, tu nuevo nombre es es Palito de Viento". "Es un culto porque las personas que lo practicamos somos muy efusivas a la hora de querer que los demás lo prueben", explica Surnow en este artículo de Elle, en que el cuenta cómo la OM cambió de forma radical su relación con el sexo.

Surnow lleva tres años practicando OM de forma regular. Durante este tiempo, asegura, este tipo de meditación se ha convertido en "la piedra angular" de su bienestar: "Ha transformado completamente mi vida sexual. Como alguien que solía tener una complicada e incómoda relación con el sexo, la OM me ha llevado a un lugar de tranquilidad y de placer". Descubrimiento éste que no es baladí para una mujer que, según confiesa en el artículo, es incapaz de llegar al clímax debido a los ansiolíticos que toma.

UNA 'PRIMERA VEZ' "EXTRAÑA Y CLÍNICA"

Otra de las que han contado su experiencia con la OM es la periodista Aurora Wells, quien describió en el New York Magazine cómo fue su primera sesión: "Me encantaría contar que tuve un orgasmo épico.,pero lo único que sentí fue a alguien acariciando mi clítoris durante 15 minutos (...) La experiencia no fue desagradable, aunque algo extraña y clínica".

A pesar de eso, Wells cree que pillarle el gusto a la OM quizá es sólo cuestión de tiempo: "Mi primera clase de Vinyasa fue un horror; años después, soy adicta al yoga".

En cualquier caso, las curiosas siempre podrán aprender la técnica básica de la OM en este vídeo. En la intimidad del hogar y gratis total:

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