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"No, no es amor, lo que tú sientes, se llama obsesión". ¿Te suena? Perdón. No se nos ocurría una forma mejor de comenzar a hablar de "limerencia" que rememorando este "temazo" del grupo Aventura. Durante todo 2002 –y, en definitiva, a principios de los 2000, que es cuando fue lanzada esta canción–, hablamos de este sentimiento, sin ponerle nombre, que la mayoría experimentamos con nuestro "primer amor".

Cuando empezamos a conocer y salir con una persona –de qué hablar en la primera cita–, idealizarla es muy fácil. Pero ojo con el paso adicional, lo que se ha definido como "limerencia". Es un estado psicológico involuntario que supone obsesionarse por una persona, por la que se siente una fuerte e incontrolada atracción de carácter romántico, y la necesidad de ser correspondido. El concepto fue formulado por primera vez por la psicóloga y escritora Dorothy Tennov, en su libro "Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado" (1979), para el que entrevistó a 500 personas sobre temas de amor, relaciones y sensaciones.

Cómo saber si sufres de limerencia

Si estás conociendo a una persona y estás ilusionada, enhorabuena, ese es uno de los sentimientos más increíbles de la condición humana. Seguro que tienes la sensación de que puedes comerte el mundo y conseguir todo lo que te propongas. Tu cerebro está inundado de dopamina y tienes más energía que nunca. Pero, reflexionemos: cuando esa persona se muestra ausente –¿sabes lo que es el 'ghosting'?–, no te corresponde o tiene gestos que no te cuadran, ¿cómo te sientes? Obviamente no es algo positivo, pero si te causa demasiada tristeza, nerviosismo o incluso ansiedad –10 comportamientos de quienes la padecen–, mide si experimentas estas conductas también:

  • Das prioridad a quedar con esa persona por delante de cualquier plan (incluso por delante de tus mejores amigos).
  • Te obsesionas con sus redes sociales y cotilleas a todos los perfiles que le dan a "me gusta" o le comentan.
  • Cuando estás en su presencia te pones demasiado nerviosa y no eres tú.
  • Imaginas demasiados escenarios ficticios junto a esa persona y te adelantas a acontecimientos.
  • Tergiversas un gesto de atención (como una respuesta cordial por WhatsApp) por uno de amor ("si me contesta es que está interesado por mí, le gusto, me quiere").
  • Te resulta demasiado triste el hecho de que esa persona no te corresponda tanto como tú la deseas a ella.
  • El primer pensamiento en cuanto suena el despertador? Esa persona. ¿El último antes de dormir? Esa persona.

Estos son solo algunos de los síntomas de "la enfermedad del amor". ¿Te sientes identificada? Si es así, ten en cuenta que tienes que cambiar el chip cuanto antes. En el caso de que quieras comenzar una relación con esa persona, has de saber que nada bueno se construye desde un sentimiento de limerencia, básicamente porque estamos cegados. Estar ilusionadas es muy bonito, fascinante, pero hay que poner freno cuando la ilusión se convierte en ansiedad, inquietud e impaciencia.

Aportar algo de razón al sentimiento más involuntario, como es el amor y la pasión, es muy difícil, pero esencial. Cuando consigas superar ese estado o en algún momento te sientes así en el futuro, te resultará positivo saber esto: dicen que los "limerentes" solo sufren la "enfermedad" una vez en su vida, por lo que si estás experimentándolo ahora, en cuanto seas capaz de comprender que es un estado transitorio, te resultará imposible, o al menos muy complicado, obsesionarte de esta manera tan perjudicial con una persona.