FOMO, las cuatro siglas que definen a gran parte de las nuevas generaciones. Del inglés Fear Of Missing Out, se trata del miedo a quedarse fuera, en lo que a redes sociales se refiere. Perderte un plan y ver cómo disfrutan tus amigos en Instagram, agregar cientos de filtros a tus imágenes para hacer tu vida de color rosa, estar (literalmente) pegado al móvil e, incluso, estar nervioso cuando no estás conectado. Eso es el FOMO y, si cumples estos síntomas, tú también lo padeces.
Estás incómodo si no estás conectado
Incómodo, por no decir histérico. Quedarte sin batería, estar sin cobertura o agotar todos los megas de tu tarifa pueden ser los primeros signos del apocalipsis. Relájate, por favor, el mundo no va a acabar por deconectar de él durante unas horas.
Envidias las publicaciones de tus amigos (y no tan amigos)
Tus amigos han quedado y, por alguna razón, no puedes asistir al plan. Ves sus fotos y te da envidia. Vale, es comprensible. Pero, ¿realmente te apetecía asistir a esa cena, a esa fiesta que han organizado? ¿O es al ver sus fotos cuando sientes rabia por perderte esa cita en la que todos aparecen sonriendo? Deberías plantearte esa pregunta.
Buscas un alto grado de 'instagrameabilidad' en todos tus planes
Piensa en el criterio con que eliges los restaurantes a los que vas. ¿Hace cuánto que no visitas aquel bar de barrio (cutre) cuyas croquetas te fascinaban? Mucho, ¿verdad? Lo cambiaste por ese restaurante cuqui que, la comida no tiene nada de especial y, además, la cuenta sube al cielo por tener unas paredes enladrilladas y sillas vintage (aunque sean una de cada madre).
Noches de insomnio en compañía de tus redes sociales
Te echas a dormir dispuesto (esta vez sí) a tumbarte, apagar la luz y conciliar el sueño sin que nada te lo impida. Pero, de repente, ves que el grupo de WhatsApp de tus amigas está que arde por no sé qué cotilleo, a tu mejor amiga le ha pasado algo 'muy fuerte' y tu pareja quiere hablar de los planes para las próximas vacaciones. Otro día más, te da la 1:00 y no hay manera de dormirse. La culpa la tiene el móvil, créeme.
La ansiedad ha entrado en tu vida para quedarse
Estás enganchado al móvil hasta el punto que se ha convertido en una extensión de tu brazo. Sin embargo, el hecho de estar conectado 24 horas al día te provoca ansiedad. Es la pescadilla que se muerde la cola. Un consejo: una retirada a tiempo es una victoria.
Felicidad = Acpetación social
Si has llegado a este punto, es que has tocado fondo. Vale que te guste compartir absolutamente todo lo que haces, que celebres cada like como si fuese un gol en el Mundial de Fútbol. Pero, ¿que tu felicidad dependa de la aceptación de tus seguidores? El miedo a quedarte fuera se ha instalado en ti definitivamente.
