Madrid está a punto de vivir el mayor evento que haya pasado por la capital en la última década. Según las últimas estimaciones, cerca de tres millones de personas llegarán a Madrid en los 10 días de celebraciones -del 23 de junio al 2 de julio- con los que la capital española se convertirá en el símbolo urbano y planetario de la tolerancia, la diversidad, la libertad sexual y, en general, del respeto por los derechos humanos.

Una celebración de magnitudes astronómicas que levanta un titánico muro de contención contra todos aquellos que todavía tratan de cercenar las libertades del colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Una lacra que, lejos de haberse paliado, todavía sigue amenazando nuestras sociedades. Tan solo nos hace falta nombrar el reciente conflicto en torno al desfile de Palomo Spain en París, el aumento de las cifras de agresiones al colectivo en los últimos tiempos, los recientes hechos ocurridos en la celebración del Orgullo Gay de Murcia o -saliendo ya de nuestras fronteras- el terror que viven los homosexuales en países como Rusia y numerosos puntos del mundo islámico, para darnos cuenta de lo mucho que queda por hacer y de que el World Pride de Madrid significa mucho más que fiesta, tacones y pelucas.

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Para llegar hasta aquí, han sido necesarios años de lucha en la calle, en la casa familiar y en el Parlamento. Y lo que vamos a tener el privilegio de vivir estos días en Madrid debemos agradecérselo a los que, todavía en tiempos del franquismo y en los años que siguieron, tuvieron la valentía de luchar por la libertad de todos. A ellos, a la sociedad española y a Madrid en particular. Porque ninguna ciudad en el mundo ha hecho de la lucha LGTBI un orgullo común y compartido como lo ha conseguido hacer Madrid. Como ya ocurriera con otros colectivos como la población negra o la mujer -a los que también les quedan años de reivindicación- el verdadero triunfo llega cuando la mayoría de la sociedad se involucra en la lucha por los derechos de una minoría.

La literatura de la librería Berkana, los primeros bares de Chueca, revistas como ZERO y Shangay, colectivos como COGAM o FELGTB, la ley del matrimonio homosexual aprobada por el PSOE de Jose Luis Rodríguez Zapatero, figuras clave como Pedro Zerolo y Boti García o la propia celebración de la Manifestación Estatal, cada año, con la llegada de julio han sido algunos de los grandes impulsos para la lucha LGTBI en Madrid y en España. Pero no nos engañemos, también el gran peso específico que el colectivo ha alcanzado en el mundo empresarial, la televisión y la política; la visibilidad a través de la moda, el arte o la música y, por supuesto, la fuerza de consumo que el colectivo significa para las empresas han empujado a muchos a subirse a la carroza gay.

Empatía o interés, eso ya no importa. Se lo debamos a la tiranía del mercado o a la decencia del ser humano, el hecho es que muy pocos se atreven ya en este país a alzar su voz pública en contra de la libertad sexual y los derechos LGTBI. Alguna excepción siempre queda, qué le vamos a hacer. Pero de producirse, son acalladas con el mayor de los rechazos, la burla o la indiferencia.

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Para celebrarlo, compañías como Coca-Cola, Facebook o Google, medios de comunicación, administraciones como el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid, promotores, diseñadores gráficos, artistas internacionales, todos los grandes partidos políticos y colectivos como Aegal, Cogam, Felgtb (organizadores oficiales del World Pride Madrid 2017) han puesto toda la carne en el asador para que el mundo sepa lo que Madrid es capaz de hacer cuando nuestras calles acogen -a la misma vez- el Orgullo Europeo y el World Pride. Así, si todos los años hemos podido ver el centro de la ciudad engalanado con banderas arcoíris y miles de personas celebrando en las calles por la diversidad sexual, lo que ocurrirá estos días en Madrid no tendrá parangón con ningún otro evento urbano que haya conocido Europa.

10 días enteros de celebraciones, más de 50 fiestas especialmente creadas para la ocasión, alrededor de 300 actividades culturales y cinco grandes escenarios repartidos por toda la ciudad desde Callao a la Puerta de Alcalá, pasando por la Puerta del Sol, Plaza de España, Madrid Río o las calles de Chueca. Los hoteles de la ciudad al 100% de ocupación desde hace semanas. Una afluencia estimada en más de dos millones y medio de personas llegadas desde cualquier rincón del planeta. Y unos ingresos para la ciudad y su tejido empresarial que podrían rondar los 300 millones de euros.

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Imagen de los nuevos semáforos ’gay friendly’ instalados por el Ayuntamiento de Madrid con motivo del World Pride.

A estos datos debemos añadir como novedad para este Orgullo mundial la explosión de actividades culturales y competiciones deportivas que han germinado en torno al World Pride. Ciclos de cine queer, teatro de género en numerosas salas de la ciudad, gastronomía, decenas de conciertos, una gran Conferencia Internacional de Derechos Humanos, tres festivales culturales y hasta cuatro competiciones deportivas internacionales dotan a este Orgullo de la mayor carga reivindicativa y lo elevan de categoría colocándolo en el centro de las reivindicaciones sociales de Occidente.

En Madrid no se habla de otra cosa desde hace meses: el Orgullo se ha convertido ya en el estandarte por excelencia de la ciudad. Y dada la repercusión social y económica que semejante eventualidad traerá a la capital española, nadie ha escatimado en gastos. El Ayuntamiento ha preparado un dispositivo de seguridad tan solo comparable al de la boda de Felipe de Borbón y Leticia Ortiz y ha puesto en marcha un más que ambicioso programa de movilidad para estos días. La Comunidad de Madrid es patrocinador oficial de la gran cita gay y la propia Cristina Cifuentes no ha reparado en dar su vehemente apoyo al World Pride. Por su parte, colectivos y empresas organizadoras nos han preparado una programación que supera todas las expectativas imaginables.

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Concierto en la celebración de la Gala de Mr. Gay Pride España, una de las citas más esperadas del World Pride.

El pregón del miércoles 28 -la cita que cada año da pistoletazo de salida a las fiestas- correrá a cargo de personalidades televisivas y del mundo de la cultura como Cayetana Guillén Cuervo, Pepón Nieto, Alejandro Amenábar o Boris Izaguirre. Una vez encendidas las luces arcoíris llegará la esperada carrera de tacones, la Gala Mr. Gay Pride, la I Carrera por la Diversidad que cruzará todo Madrid, recorridos especiales en los grandes museos como el Thyssen-Bornemisza, el Museo del Prado, CentroCentro o el Museo de América.

Grandes teatros como el Calderón o alternativos como Nave73 con programaciones en clave LGTB. Actuaciones de grandes nombres de la música como Fangoria, Kate Ryan, 99 Souls, Soraya, Marta Sánchez o hasta las míticas The Weather Girls. Musicales, flamenco inclusivo, programación artística y cine LGTB. Y más de 60 fiestas en los mejores clubes de la ciudad. Pero por encima de todo, la apoteosis; el momento más esperado: la gran parade del sábado 1 de julio en la que 52 carrozas y tres millones de personas bailarán, beberán y cantarán aquello de A quién le importa para decir al mundo que en Madrid tienen un lugar al que venir y donde ser libres.

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La parade o manifestación estatal -la gran cita del World Pride Madrid 2017- tendrá lugar el próximo sábado 1 de julio y prevé alcanzar los 3 millones de asistentes.

Heterosexuales, bisexuales, lesbianas o gays. Familias LGTB. Dichosos los llamados a la cena. Señoras de bien que comprendieron hace años la diversidad. Bomberos, policías o travestis. Divas del pop o acicalados profesionales liberales. Gays refugiados procedentes de países donde todavía no se puede bailar. Transexuales a l@s que los autobuses de la vergüenza se les han quedado pequeños y prefieren pasearse en carroza por la ciudad. Jóvenes que aprovecharan la ocasión para salir del armario. Activistas que derramaran lágrimas de satisfacción al ver sus esfuerzos recompensados. Y hasta corazones heridos que al ver todo esto por Telemadrid o La Sexta (los dos canales que retransmitirán en directo) irán poco a poco comprendiendo que se ha impuesto la libertad. Que este Orgullo no es solo gay. Que es el orgullo de toda una sociedad. El Orgullo de Madrid. Y ahora también, el Orgullo mundial.