Paloma Abad, jefa de belleza de HARPER'S BAZAAR

1. Porque devuelve a Winona Ryder, estandarte de la Generación X, al lugar que nunca le debieron hurtar su trono en Hollywood. Y le entrega un papel maduro, complejo e intenso cuyo único 'pero' es, quizá, el estilismo capilar a lo Dolores Avery en Making a Murderer.

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2. Porque, aunque llegue a ella por ver a Winona Ryder en modo frikimadre coraje, se quedará para saber más sobre la silenciosa y telequinética Eleven, a la que da vida la actriz Millie Brown.

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3. Porque los guionistas son capaces de combinar monstruos, aventuras, complots internacionales y universos paralelos a los que se accede a través de portales espacio temporales sin que unas tramas queden desconectadas de otras. Contra todo pronóstico, el hilo argumental es fantásticamente sólido.

4. Para encontrar, capítulo a capítulo, escondidas millones de referencias al cine y literatura juveniles de los años ochenta: desde los Goonies hasta E. T. pasando por las novelas de Stephen King. No todo va a ser Pokemon Go.

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5. Porque los decoradores, directores de arte, de vestuario, músicos y hasta rotulistas forman un engranaje milimétricamente engrasado para recrear un escenario absolutamente verosímil de los años ochenta. Stranger Things es a esa década lo que Quentin Tarantino al spaghetti western.

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Los adolescentes ’ochenteros’ de ’Stranger Things’.

Lucía Escudero, redactora de HARPERsBAZAAR.es

6. Porque no solo está amenizada con una excelente selección musical, tanto de la época con temas como Should I Stay Or Should I Go de The Clash (especialmente importante en la trama), como de la década de los 70 (Jefferson Airplane o Television), e incluso de los años 90 (ahí está Moby y su When It’s Cold I Like to Die), sino que cuenta con su propia banda sonora original a cargo de Survive, dúo afincado en Austin (EE.UU). Sus sintetizadores consiguen llevar al límite los momentos más tensos.

7. Porque nos descubre a los hermanos Duffer, creadores de la serie, unos talentosos gemelos nacidos en North Carolina en 1984 que practicamente debutan en televisión con Stranger Things. Los nuevos Wachowski en versión nostálgica y retro. Seguro que hay mucho de la infancia de los Duffer en el grupo de personajes compuesto por Mike, Will, Dustin, Lucas y Eleven.

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8. Porque, aparte de la inestimable presencia de Winona, el resto del casting es arriesgado y lo forman new faces creíbles que consiguen sumergirte, todavía más si cabe, en la historia.

9. Porque, como sucedía en Twin Peaks, la serie presenta a personajes tremendamente enigmáticos. Sentirá especial atracción por la ya mencionada Eleven; el jefe de policía Hopper, ese hombre solitario que guarda un triste pasado; Brenner, el malvado científico que realiza experimentos con humanos, e incluso Barbara, la amiga (todavía más) nerd de Nancy.

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10. Porque, aunque en ciertos momentos puede ser predecible, le será difícil escapar a la magia y a la exaltación de la amistad que predominan en Stranger Things. Con la oferta de series actual, plagada de dramas de época y tramas políticas, la historia de este pueblo resulta refrescante, aunque en realidad ya la haya visto. Pero no le importará.

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Mario Ximénez, editor jefe de HARPERsBAZAAR.es

11. Porque quien haya visto ESE final se habrá acordado del agente Cooper, ese encuentro frente al espejo y esa horrible sensación de necesitar más que nos dejó Twin Peaks.

12. Porque ojito con Millie Bobby Brown: Eleven es la heroína que las niñas de hoy en día necesitaban, como Paloma Abad bien avanza arriba. Por una vez un personaje femenino principal está rapado, es ultrapoderoso y no es la chica guapa que se queda con el chico guapo para ser una ama de casa fiel que prepara pudding y salchichas para su marido. Eso se lo dejamos a Nancy.

13. Porque Angelo Badalamenti ha hecho probablemete la mejor banda sonora de todos los tiempos para una serie (hola, David Lynch), pero no hay un momento mejorable a la discusión entre Jonathan y Joyce seguida de Atmosphere de Joy Division. Sería que la cara B, ergo She's lost control, se antojaba demasiado obvia.

14. Porque hay que ver al niño raro con más encanto de la serie, Finn Wolfhard, antes de que Tim Burton lo capte sí o sí para su próxima película.

15. Porque hacía mucho que una serie no te impedía dormir si no la terminabas. Día, noche y madrugada si hace falta. ¿Te atreves a recordar la última?

16. Porque Jim Hopper tiene algo y lo sabes. ¿O no recuerdas al amigo especial que se echa Jake Gyllenhaal en Brokeback Mountain en su desamor por Heath Ledger? Pues sí, es el mismo: David Harbour.

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