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No, los especiales de Navidad en España no son los únicos que se graban con meses de antelación y para muestra el capítulo navideño de la temporada número catorce del show de las Kardashian, grabado en plena ola de calor californiana a mediados del mes de octubre. Si bien una de las cosas que esperamos de estas fechas es que con la tradicional felicitación de la familia se confirme -o no- el embarazo de Kylie Jenner, de momento lo único que hemos podido deducir a través del adelanto proporcionado por la matriarca del clan en una imagen subida a su cuenta de Instagram es que "I, Tonya", protagonizada por Margot Robbie en el papel de la patinadora sobre hielo Tonya Harding, papel que por otra parte podría darle según todas las quinielas su primer Oscar, no será una de las películas que irán a ver al cine aprovechando las vacaciones.

¿Y eso por qué? Pues porque una de las protagonistas de su especial de Navidad es la eterna contrincante del personaje de Robbie en la película. Su archienemiga; la bella y esbelta Nancy Kerrigan, cuyo ataque con una barra de hierro al salir de un entrenamiento, instigado según la creencia popular por Tonya Harding, a pesar de que ella mantiene su inocencia y nunca fue condenada por ello -sí lo fue un amigo su por aquel entonces marido-, constituye uno de los episodios más comentados del mundo del deporte de los noventa.

Los hechos ocurrieron a principios de 1994, más concretamente al salir de una sesión para la clasificación de los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer en cuya histórica final ambas iban a verse las caras y disputarse el oro. Un acontecimiento seguido por casi 50 millones de americanos, aún hoy, el tercer evento deportivo más visto en la historia del país.

Harding, de origen humilde, con escasos medios para financiar su carrera deportiva y aspecto de atleta de cualquier disciplina menos de una artística, fue la primera mujer americana en ejecutar un triple axel durante una competición, lo que le valió el título de mejor patinadora de Estados Unidos. Eso hasta que llegó Kerrigan con sus maillots de cristales firmados por Vera Wang y sus contratos publicitarios -llegó a anunciar sopas Campbell y ser imagen oficial de Reebok-, además de su talento para las piruetas sobre el hielo, y empezó a hacerle sombra. Cómo no pensar así que Tonya estaba detrás de la lesión de Nancy en un momento tan crucial como era clasificarse para unos juegos. Los mismos que al final estuvieron más pendientes de los acontecimientos fuera de la pista que dentro, lo que provocó que ninguna de las dos se hiciera con el metal más preciado. Eso sí, una de ellas salió mucho peor parada que la otra. En este caso Harding, humillada y vapuleada por los medios, fue juzgada al volver a casa, declarándose culpable de obstrucción a la justicia por haberse negado a declarar en su momento. No tardó mucho en retirarse de la competición mientras Kerrigan siguió cosechando éxitos aunque fuera patinando para Disney y más tarde convirtiéndose en una estrella de la televisión tras participar en el programa "Dancing with the stars".

Eso sí, el filme que queremos ver todos este invierno es el que cuenta las desventuras de la malograda Harding y no la bonita historia de la princesa de América. Todos menos muy presumiblemente sus amigas las Kardashian.

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