Pese a que ‘Sexo en Nueva York’ siempre presumió de ser una serie práctica y cabal, el equipo del show no pudo evitar oír los cantos de sirena y hacer que la célebre ficción tuviese un final de cuento de hadas. Aunque Mr. Big fuese emocionalmente inestable y poco accesible –y Aidan el chico más dulce y perfecto jamás conocido–, Carrie Bradshaw decide terminar sus vaivenes sentimentales –tras seis temporadas– enamorándose de John James Preston.

La eterna soltera escoge, pues, hacer caso omiso a las señales de alarma y vuelve –y termina– con el hombre que ha sido la fuente de todas sus angustias a lo largo de la serie. Y, sin embargo, se supone que deberíamos estar felices por su elección –del todo cuestionable– y confiar en que la cosa iría bien, porque ya sabéis… ¿Felices para siempre? (La escena final, aquí).

¿Nunca confiasteis en Mr. Big? No estáis solos. Darren Star, el creador del show, dice no estar de acuerdo con cómo se desarrollaron las cosas entre Carrie y Mr. Big conforme se precipitaba el final de la serie. “Los últimos episodios de ‘Sexo en Nueva York’ no fueron como yo esperaba”, cuenta Star a Kindle Singles Interview. “Si das el poder a otros de que escriban y produzcan tu show, en cierto modo, sólo te queda seguir su visión y apoyarla”.

“En principio, el show iba a desmarcarse de las típicas comedias románticas; eso es lo que hizo que tantas y tantas mujeres se engancharan. Al final, se convirtió en una comedia romántica convencional (…) A no ser que estés ahí para escribir cada episodio, no vas a tener el final que deseas”.

A saber entonces que pensará Star de las películas...

Vía: Harper's BAZAAR US