16 ocasiones en las que Emma Stone se rió de la vida
Y por eso es una de las actrices más necesarias de su generación.
Si existe algo mejor que hacer apología del feminismo es no practicar el exceso porque puede resultar contraproducente. Eso es algo que Taylor Swift o Beyoncé descartaron de sus líneas editoriales cuando decidieron imponer cualquier otro derecho que no fuera el de la mujer en cada uno de sus conciertos. Pero en un tiempo en el que el ‘feminismo’ se sitúa popularmente a niveles de un ‘machismo’ demoledor era Meryl Streep la que cambiaba su discurso y se rebelaba hace escasos meses: “No soy feminista, soy humanista”. O Patricia Arquette cuando recibía los vítores de ésta última en su pasado discurso de los Oscar: “Es el momento de tener el mismo salario”. Por eso es Emma Stone la que, sin saberlo, realiza una de las mejores labores a favor de la igualdad de derechos entre sexos. ¿Cómo? Siendo ella misma sin importarle nada más.
Destacar en un panorama en el que el cupo de gracias en una alfombra roja está cubierto por Jennifer Lawrence no es tarea fácil. Cuando en 2010 Lawrence fichaba por la agencia de representación CAA Mila Kunis aún daba sus ya caducados bandazos sobre el supuesto nuevo liberalismo feminismo y lo mucho que le encantaba el sexo. Lo que no se esperaba era que alguien le dijese a la cara que para ser graciosa hay que saber hablar de más temas. Desde entonces solo vemos a Mila Kunis levantándose a correr por la mañana y Emma Stone ha aprovechado para convertirse inconscientemente en esa amiga a la que no le importa lo que opinen los demás, solo pasárselo bien mientras la dejen. Gracias, Emma. ¡Felices 30!
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