"Menudo humor, ¿tienes la regla?" ¡Boom! Pocas, poquísimas, mujeres encuentras que no hayan aguantado impertinencias como esa. Más: "Una chica tan guapa como tú no puede estar soltera", "si no cocinas bien, no encontrarás un buen marido", "qué corta llevas la falda hoy"... Suelen ser sutiles, comentarios que aparentemente no tienen la mayor importancia ni consecuencias. Pero son cotidianos, los decimos y escuchamos a diario. A mí la del marido me la dijeron de niña, a los ocho años: "Si no aprendes a limpiar, no te casarás nunca". La de la regla, hace un par de días.

Todas esas impertinencias tienen un nombre, microagresiones, en el caso de las que hemos citado, al ser de género, son micromachismos. El término no es nuevo, desde hace unos tres años empezó a utilizarse para denominar a esos comentarios casi imperceptibles, sutiles, en los que se evidencia que un sujeto tiene poder sobre otro, una especie de superioridad de género, étnica, racial o sexual. Una palabra que, según algunos medios norteamericanos, ha vivido su eclosión sobre todo en los que llevamos de este 2016.

Algunos de esas microagresiones están tan arraigadas en nuestra sociedad que tenemos la sensación de que siempre se han dicho, que son inocuas. Tanto, que a veces las personas que la reciben están tan acostumbradas a ellas que no les dan la mayor importancia, no son conscientes de la agresión.

Entonces, ¿si son tan cotidianas y sutiles, cómo podemos reconocerlas?¿cómo detectarlas? En algunas universidades de EEUU ya han elaborado unos listados con microagresiones que los estudiantes deberían evitar usar dentro del campus.

"Eres muy femenina, no pareces lesbiana", "un chico tan masculino, nadie diría que es gay", "le pediré al asiático de la clase que me ayude con las mates", "tienes un aspecto tan normal, no se te nota tu discapacidad"... Y así una larga lista que, aunque leída pueda parecer una ristra de obvias (no tan micro) agresiones, a la hora de la verdad se suelen pasar por alto.

Ante la proliferación de medidas como la de esos campus universitarios y la tolerancia cero ante las microagresiones, ya han surgido voces contrarias a esesobreabuso y ampliación del término. Los detractores sostienen que esa sobreprotección sólonos llevará a ser una sociedad cada vez más susceptible, más victimista.

En cualquier caso, conviene saber lo que son, al menos para detectarlas y decidir si nos sentimos agredidos con esas palabras. Para ello, la revista Quartz ha editado un vídeo donde se explican los distintos tipos que existen a través de escenas de películas de Hollywood.

Según Quartz, las microagresiones se dividen entre microasaltos (muy parecidos a los ataques racistas de siempre), los microinsultos y la microinvalidaciones. Y todas ellas pueden ser por cuestiones raciales, de orientación sexual, discapacidad, género o ambiental.

Clueless , Scarface, Mallrats, Philadelphia y unas cuantas películas más como ejemplos didácticos de lo que son las microagresiones, que tan acostumbrados estamos a recibir aunque a menudo las pasemos por alto:

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