La colección más personal de Audrey Hepburn será puesta a subasta por la casa Christie's a finales de este mes en Londres. La ropa y los accesorios de la actriz, así como objetos personales y fotografías íntimas compondrán el total de 500 lotes que se incluyen en la subasta, con artículos exclusivos que se espera que alcancen hasta las 80.000 libras.

Los precios que pueden llegar a pagarse por esos artículos son casi imposibles de imaginar, ya que esta subasta supondrá un recorrido por los 40 años de carrera de una de las mayores leyendas de Hollywood. Además, será la primera vez que salgan a la venta muchos de estos artículos, que Hepburn dejó en herencia a sus hijos Sean Ferrer y Luca Dotti, por lo que los fans de la actriz tendrán su única oportunidad para hacerse con objetos y piezas del vestuario de Audrey.

Con estos incentivos, no es de extrañar que Meredith Etherington-Smith, consultora creativa de la subasta, esté intentando acaparar la atención del público en una escala global.

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"Esperamos gran interés por esta subasta porque Audrey Hepburn es un icono cuya esencia siempre permanece", declaró para Harper’s Bazaar UK. "La ves en cualquier parte, su mirada siempre era inmejorable, y es por esto que las generaciones que apenas la conocieron en vida están fascinadas por esta subasta".

Es ese atractivo único de Hepburn lo que hace que su figura siga siendo tan relevante a día de hoy. Y eso es algo que, sin duda, ayudará a atraer a los compradores cuando se abra la subasta el próximo 19 de septiembre.

"Después de Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor, la gente quedó cautivada por la llegada de Hepburn", explica Etherington-Smith. "Y esto sigue sucediendo porque conserva esa mirada moderna. Los pantalones capri, las bailarinas, los jerseys de punto, todo eso es tendencia en la actualidad, por lo que cuando vemos sus películas, no vemos una actriz anticuada. Audrey aparecía siempre joven, con una figura envidiable y llena de vitalidad, y eso es lo que sigue buscando la gente".

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Tal y como se esperaba, al tratarse de uno de los iconos de estilo más admirados del planeta, algunas de las piezas más codiciadas de esta subasta provienen del vestidor de Hepburn. Entre los artículos de moda más exclusivos, destacan una gabardina de Burberry, una capa de seda roja de Valentino de 1970, la famosa colección de salones de Ferragamo o un vestido azul satinado diseñado por Hubert de Givenchy, que se convirtió en el diseñador de cabecera de la actriz, además de en un íntimo amigo.

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Pero, tal y como señala Etherington-Smith, hay algunos diseños que no pasarán desapercibidos entre sus mayores fans: "La pieza que resume mejor el estilo de Audrey es un vestido que Givenchy diseñó para ella en 1968. Se trata de un diseño en color negro, con plumas de gallo, que hacía la perfecta sintonía con su atractivo joven y divertido". Otro artículos que destacan, sacado de una de las más famosas películas de Hepburn, es el vestido de satén negro de Givenchy que lució en Charada. "Ella lo adoraba, lo usó muchísimo una vez acabó la película", confirma Etherington-Smith.

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Mientras que los guiones con anotaciones de la actriz, correspondientes a las películas de Desayuno con diamantes, Sabrina o My Fair Lady esperan alcanzar los precios más altos, son las piezas de su vestuario las quedefinen a la verdadera Hepburn fuera de la pantalla.

"Si le gustaba una pieza, la guardaba para siempre, y todos los artículos que forman la subasta son objetos que ella realmente amaba. Ella inventó el LBD, aunque también era conocida su obsesión por los zapatos. 'Si tienes zapatos maravillosos, nada más importa', creía ella".

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Además de piezas exclusivas de alta costura, la subasta incluye también una serie de joyas y tesoros de Hepburn. Un brazalete de Tiffany & Co., que Steven Spielberg le regaló tras rodar Always, o una tiara que la actriz llevó junto a un vestido de Givenchy durante el estreno en Londres de The Nun’s Story, en 1959.

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Pero de todos los lotes que formarán parte de la subasta, hay uno que probablemente defina a Hepburn por encima del resto. Una carta de la legendaria editora de moda de Harper’s Bazaar, Diana Vreeland, que informó a Audrey del éxito de su portada para la edición británica de una importante cabecera en 1971 y que, se calcula, alcazará las 500 o 600 libras. En ella, Vreeland la describe como "La criatura más atractiva que ha existido jamás". 40 años después, este sentimiento sigue latente en muchas personas.

Vía: Harper's Bazaar UK