Mucho tiempo llevamos hablando de los nuevos modelos de negocio que, a través de las tecnologías digitales, han revolucionado sectores como el transporte o el alquiler vacacional. Ha sido el caso de aplicaciones como Uber o Airbnb que, siguiendo un modelo de intermediación entre prestador de servicios y cliente final, han abierto una auténtica brecha en la concepción tradicional de sus respectivos sectores.

Seguramente alguna de ellas sirvió de inspiración para las exmodelos Claudia Wagner y Diana Gaertner que -junto con Nicola Scagnolari y Andrea Losso- han saltado a la palestra con la creación de Ubooker. A saber, una nueva aplicación con la que pretenden reducir costes en la contratación, eliminando la intermediación de agencias y poniendo en contacto directo a los modelos con las empresas que requieran sus servicios. “Queremos que los modelos puedan controlar sus propias carreras”, asegura Wagner. "Hay muchas agencias que insisten en tener un contrato contigo, pero que al final no te ofrecen ningún trabajo".

Barware, Bottle, pinterest
¿Qué harán los modelos tanto tiempo con el smartphone en los backstages? ¿Estarán registrándose en Ubooker?

Aunque no dejan de funcionar a modo de intermediario tal y como ocurre con las agencias de modelos, dicen eliminar trámites, reducir comisiones y poner el acento en el trabajador y no en las empresas. Según sus fundadores, eliminan así los contratos de exclusividad que actualmente imponen la mayoría de agencias, reducen de un 30 a un 10 por ciento las comisiones y aseguran realizar los pagos en un periodo máximo de 96 horas. Con un catálogo actual de más de 150 modelos seleccionados previamente bajo entrevista personal según su experiencia, Ubooker pretende de esta forma que las empresas reduzcan costes mediante la contratación directa y que los modelos puedan percibir cantidades mayores por cada trabajo, además de tener mayor poder de decisión sobre las marcas con las que colaboran.

A botepronto y para los profanos en los entresijos de la profesión, puede parecer un modelo de negocio innovador que podría arañar una buena porción de un pastel que mueve millones en nuestro país. Por lo que, a sabiendas del revuelo judicial y mediático que otras disputas del estilo han originado, hemos querido conocer la opinión de los profesionales que desde las agencias mueven los hilos -al menos hasta la fecha- del mundo del modelaje.

Fernando Merino, director de la oficina de Madrid de UNO Models, nos confiesa cierta indiferencia con respecto al nuevo competidor. “A día de hoy no lo vemos como una amenaza real. Los modelos no son productos de Ikea que puedan ofrecerse en un ecommerce. Y es que cuando le preguntamos sobre la posible respuesta de los clientes ante la nueva fórmula, Merino insiste vehemente en el factor humano: “sabemos que este tipo de fórmulas ya están dado muchos problemas. Los modelos suelen ser gente muy joven a la que hay que acompañar durante todo el proceso para poder ofrecer un servicio óptimo a las marcas”. Cree que la labor de la agencia de modelos es insustituible ya que gestionan entre las partes, ofrecen todos los servicios satélite como estilismo, relaciones públicas o asesoría de imagen y tienen una segunda opción en cartera si algo sale mal. Sentencia: “quizá pueda funcionar a un nivel muy bajo, para servicios de baja calidad. Pero si un modelo quiere triunfar de verdad jamás buscará esa vía”. Aprovecha para dar un aviso a navegantes: “hace años, una modelo muy famosa (de la que no nos facilita el nombre) ya intentó algo parecido y resultó un fracaso”.

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Por su parte, Alejandro Becker -director de Blow Models Madrid- no duda al asegurar que este tipo de negocio no será más que “el plan B de la industria”. Asegura que ninguna empresa potente recurrirá a este tipo de prácticas y que los modelos que se inscriban en este tipo de apps no tendrán acceso al gran mercado. “Una agencia, tiene acceso a todos los clientes a nivel nacional e internacional, fotógrafos, productoras, revistas, etc. No veo a Inditex buscando modelos vía app”. Alejandro se refiere también al factor humano en el mismo sentido que su colega del sector y no dice: “¿dónde queda el asesoramiento de imagen y la confianza del cliente en una modelo a la que ya se conoce? Ser modelo es mucho más que una cara bonita; es una forma de moverse, un carácter, un saber estar”. Aunque sí nos advierte de la necesaria actualización digital que, según dice, ya se está produciendo para no quedarse atrás. “el casting físico cada vez es menos habitual. El book digital, las polaroids, Instagram y video son las herramientas que los clientes y las agencias usamos hoy en día para trabajar con la modelo”.

Opiniones que nos dejan muy claro el poco crédito que, a día de hoy, concede el sector a las nuevas aplicaciones como competidores en igualdad de rango. Sin embargo, habida cuenta del éxito que la intermediación de servicios en plataformas digitales ha obtenido en otros mercados no tan dispares, clientes y agencias deberán estar muy atentos a los pasos de aplicaciones como Ubooker que -de ampliar sus productos y profesionalizar sus servicios- podrían significar toda una revolución para el negocio de la pasarela y el mundo del modelaje.