Kim Kardashian: billete de ida a la fama global

Aunque existan otras ilustres embajadoras de este neologismo como Scarlet Johannson o Rihanna, basta saber que el belfie no es otra cosa que una auto-foto donde el protagonista es el culo. Pero ante tan soberana posadera, a Kim Kardashian se le reserva un capitulo destacado; porque no ha habido celebritie que lo asegure o que haya practicado con el twerking que le haya sacado más rédito que la esposa de Kanye West. Su trasero rotundo, erguido y desafiante parece tener autonomía propia.

La otrora niña díscola de Beverly Hills ha quedado en mera aficionada –en términos de fama– al lado de la que fuera su amiga. Al calor de la rica heredera, Kim se paseó por fiestas y saraos (hasta el Oktoberfest de Munich, dirndl incluido). A mitad de los primeros 2000 no hubo juerga con clausura de madrugada que no pillara a la rubia y a la morena gastando suela por la pista de baile. Pero todo aquello queda ya muy lejos, de hecho ¿dónde está Paris Hilton? y ¿quién se imagina hoy en día una foto donde Kim no se la absoluta protagonista y esa otra hermana o amiga sea la que la mira a ella?

Vale que hablamos de otra época, y vale que cada momento tiene sus códigos estéticos, pero el look de Kim ya era feo aquel día como lo sería siempre. Qué lejos parecían entonces las creaciones de Alta Costura de Riccardo Tisci para Givenchy, las prendas de lamé de Olivier Rousteing para Balmain y los desfiles en front row junto al mismísimo Valentino Garavani. Pero no hay nada como una redención estética en prime time para contentar a las élitos del fashion system.

El portal USAToday editó una lista con los peores concursantes de la historia de Dancing with the Stars. En la séptima temporada le tocó a ella. Lo cierto es que no fue la primera en ser expulsada (pero fue la tercera, vaya). Y lo que es aun más cierto es que era 2007, hoy en día otro gallo cantaría (cosas de tenerla en la academia para contentar a la audiencia).

Disaster Movie es el nombre más apropiado para esta cinta, todo un despropósito desde el minuto 0. Tan despropósito es el largometraje que Kim Kardashian forma parte del elenco de actores. Y el problema más grave es que ni juzgándola con los ojos del humor. Como actriz tampoco, suma y sigue.

Jam (Turn it Up) es el nombre de este sencillo, al que no le acompañó álbum –a Dios gracias. El vídeo es en resumen un amasijo de primeros planos de anatomías aceitosas, luces fucsia y posados de Kim en la piel de una modelo emulando una sesión de fotos. Finito. Nada más que reseñar de este capítulo, salvo que tampoco encontró la horma de su zapato en la canción.

Parece que se trata de uno de los peajes obligatorios al firmamento de los rostros populares: el vídeo porno. Robados o no –eso ya se verá después si acaso– los ha habido a miles y de toda celebritie con ínfulas. Ahora bien, algo pudimos leer entre líneas en el Kim y el rapero Ray J: ella apuntaba a la moda, pues se esmeró en elegir una lencería delicada y muy sexy.

Año 2011, un abarrotado estadio Madison Square Garden y Prince en el centro del escenario. Una joven asistente al concierto será la agraciada que baile con él algunos pasos y de pronto la elegida es Kim Kardashian. Embutida y sobre unos altísimos tacones, Kim no satisface las ganas de baile del cantante por lo que la manda bajar de la palestra rapidito.

PD. Lo cierto es que reflexionando sobre el asunto, todavía le pasó poco a Prince. Cupla suya por no haber visto las dotes para el movimiento de Kim cuando concursó en el Dancing with Stars.

Porque a la tercera va la vencida, y en este caso parece ser más una verdad verdadera que un refrán. Los dos matrimonios anteriores se fueron al traste, quizás porque no contaban con toda la infraestructura que merecía un evento a su altura, pero la relación con Kanye West parece ser sólida y la boda un derroche en flores, metros de tela de encaje y viandas para agasajar a los invitados. Quizás ahora sí va ya la vencida.

La muerte de JFK, la llegada a la Luna, las Torres Gemelas, el escuadrón de los Illuminati, etc. son teorías conspirativas de principiante al lado de la que esconde este duelo de féminas: Kim Kardashian vs Beyoncé. Sus maridos son amigos, les sigue una legión de fans a ambas, arman sonado revuelo cada vez que ponen un pie en la calle pero en cambio algo chirría, desafina (por poner un guiño musical) cuando las esposas de Kanye West y Jaz-Z aparecen juntas en escena. Quién sabe, igual son solo conspiraciones pero....

A cualquier reputado maquillador el countouring no le resultaba ajeno el día que Kim Kardashian se decidió a compartirlo, pero al resto del vulgo sí. Estaba claro que había truco detrás (o debajo, mejor) de las facciones cinceladas de las celebrities, pero en un acto de altruismo dadivoso Kim Kardashian lo presentó (y en modo tutorial) ante una audiencia global.

No es cuestión de hacer leña del árbol caído, y aunque la imagen no lo ejemplifique basta una rápida búsqueda en los archivos online para testificar.

Antes de empezar con tan bizarra pestaña (y tan bizarro tratamiento) hay que advertir que tiene una explicación científica, hay todo un conjunto de fibras y colágeno que se reactivan con la sangre. ¿El modus operandi? Inyectar en determinadas partes plasma presente en la propia sangre. Ahora bien, hay que estar completamente majara para someterse a este proceso (por lo doloroso) y rematadamente chiflado para después compartir la imagen en redes y no querer pasar por descendiente directa de Nosferatu.

Porque nadie, absolutamente nadie, es verdaderamente famoso hasta que no se convierte en dibujo animado por obra y gracia de Matt Groening. Y eso es así.

Cierto es que lo ha sido de muchas, pero jamás con un impacto tan fuerte como lo fue para Paper Magazine. Y esto también es así.

Y por extensión ella y Kanye se convirtieron en padres de North West y Saint. Aun son muy pequeños como para intuir si revalidan el adn de los padres, pero desde luego ellos se empeñan en instruirles en las artes de la moda y el estilo.

Ser la portada de cualquier revista de moda y tendencias tiene pase, ¿pero ser la portada de una publicación centrada en dinero y negocios? Raro a priori pero así es señores, y para más inri con un titular de lo más acertado y revelador: "Los nuevos magnates de los móviles". Y ahí está ella, cruzada de brazos y con su sonrisa etrusca bajo las letras de Forbes. Su app es rentable, sus admiradores se cuentan por millones y cualquier marca se muere por llegar a tanta audiencia vía una prescriptora de postín; lo que al final para ella revierte en más dinero. Y que ruede la rueda.

Y qué mejor forma de ilustrar la carencia de modelito que directamente posar al natural, desnuda, tal y como apuntaba la nota al pie de la imagen en su cuenta de Instagram: "Cuando te sientes como que no sabes qué ponerte".

Puesto que sus facciones –ni el countouring– podía dar ya más de sí, probó con el cabello. Bueno, cambiar de vez en cuando es recomendable, pero no debería desoír aquello del "Virgencita, virgencita que me quede como estoy".

Solo un hurto con agresión podría ensombrecer la vida en rosa que vive Kim cuando pisa en París. Ahí queda el susto, el robo y la posterior bronca de Karl Lagerfeld. El káiser se pronunció sobre los hechos escasas horas después de tener lugar el robo. Pobre Kim, a perro flaco....