Hablemos del collar (de perro) que Ryan Gosling no se quita

Ryan Gosling está dando la vuelta al mundo presentando su última (y muy mediática) película, Blade Runner 2049. Además de en su melena rubia, su sonrisa de simpaticón y sus jerseis de lana de inspiración alpina en pleno septiembre, puede que quizá hayas recaído en una pieza que se ha repetido en todos y cada uno de los estilismos de su promoción europea: un colgante dorado con una chapa redonda en la que puede leerse 'George' y dos números de teléfono. Lejos de ser nada que te puedas esperar (ni gran marca, ni herencia familiar, ni 'amor de madre'), se trata de una cadena con la chapa del collar que solía llevar su perro.

Gosling rescató y adoptó a George de un refugio en el año 2002 y, desde entonces, les hemos visto juntos en numerosas ocasiones. A veces se lo lleva al rodaje de alguna de sus películas y otras, directamente, al plató de grabación de un programa para la televisión como hizo hace algunos meses en el late show de Jimmy Fallon. "George es mucho más interesante que yo. Preferiría mil veces hablar sobre él", dijo en una ocasión en una entrevista con el diario The Independent. Sin embargo, la última vez que vimos juntos a dueño y mascota fue en diciembre del año pasado, cuando Ryan se dejó ver con su mujer, Eva Mendes, llevando a George al veterinario. ¿Se trata este collar de un homenaje al que fuera su mejor compañero durante casi 15 años?

Esta no es la primera vez que el actor hace algo así. Hace algunos años apareció también en un evento de promoción de su trabajo con una chapa en la que podía leerse el nombre del perro de Mendes, Hugo. Ryan Gosling es el Felix Rodríguez de la Fuente del cine actual; el mejor humano que un perro (o cualquier mortal de a pie, no lo vamos a negar) pudiera desear. Suspiro. Suspiro. Suspiro.